lunes, 30 de mayo de 2011

Algo hay en la sandia...

I

 

SOY UN INCREDULO



Yo, Javi, que me considero un niño bastante descreído y practico, me paso algo que muchos no van a creer.

Yo, justo yo, al que nunca le han podido asustar los mayores con esa historia del viejo de la bolsa o el “cuco que te come” como me quería asustar mi abuela para que no le fuera a sacar las manzanas al vecino del fondo .

O esa historia de que los niños vienen de un repollo , y hasta peor aun…¡ que los trae la cigüeña de Paris!!!

¿Que es eso? ¿Creen que uno es tonto que se va a creer semejante rollo ?

¿Acaso las señoras con una panza gigante y desmedida que están en la sala de espera del doctor cuando la acompaño a mi mama al ginecoloco (creo se dice así) se tragaron las sandias del mercado?

Digan que mi mama es mas moderna y no me vino con ese cuentito de la cigüeña, pero ella me dijo que mi abuela se lo quería hacer creer.

Lo de Papa Noel y los reyes magos me llevo un tiempito de incertidumbre y duda hasta descubrir la verdad, aunque no he de negar que en el tiempo que creía ciegamente en ellos lo pase muy ilusionado.

El descubrimiento de la triste realidad fue un sabor amargo que me duro algunos días superar.

Es que en definitiva no podía seguir engañado toda una vida. Tarde o temprano me enteraría que eran mis papas los que traían los regalos la noche de navidad.

Y lo del ratón Perez…que si se te cae un diente y lo pones bajo la almohada, al otro día encontraras bajo la misma las monedas que el Ratón Pérez te trajo a cambio de tu diente .

Primero que hoy día con monedas no haces nada, pero suponiendo que te dejan un billete, ¿donde viste un Ratón millonario? ¿Quien se lo va a creer?

Un día hice la prueba sacándole a mi abuelo la dentadura postiza que deja en un vaso junto a la cama cuando se va a dormir . Lo puse bajo mi almohada y me dormí pensando la de billetes que agarraría de una sola vez ( era un paladar entero con dientes y muelas) Al otro día me desperté escuchando los gritos del abuelo preguntando por su prótesis dental . Toque bajo la almohada y allí seguía su dentadura postiza enterita.

Del ratón ni noticias y yo quede castigado mirando la pared por dos horas y sin postre después de la cena.

Nunca mas creí en ese ratón discriminador de dientes.

Duendes, brujas, y hadas. Estrellas fugaces y deseos… esas historias se las dejaba a mis primas que son unas niñas tontas.

Hasta que déjenme decirles lo que me paso….


II

MI FRUTA FAVORITA



Tomando el hilo de mi increíble historia, comenzare diciéndoles que mi fruta favorita es la sandia.

En el verano puedo acabarme una a la semana yo solito.

Cuando vamos al mercado, mama me manda a la sección de las sandias para que me elija la que mas me gusta mientras ella hace el resto de las compras.

Así fue que descubrí , observando a la gente, una costumbre muy chistosa que tienen la mayoría de las personas, que consiste en dar pequeños golpecitos sobre la superficie de las sandias.

Y uno se pregunta ¿para que? si suenan todas iguales.

Hay quienes dicen que las que están buenas tienen un sonido especial cuando se las golpea, así como cuando llamas a una puerta. Una especie de sonido hueco.

Siguiendo esta técnica me ha pasado de llevarme a casa la del sonido mas pum pum y al abrirla encontrarme con la desagradable sorpresa de un sabor desabrido e insípido o lo peor de todo “la sandia babosa” como yo le digo. ¡Que asco!

Todos se creen expertos en el sonido del pum pum (como que fuera un instrumento musical) Pero al cabo nadie sabe cual es “la sandia perfecta” ; aquel que te dice “estoy lista para que me coman”

Pero allí va uno como menso y golpea…no una, dos, tres, cuatro y hasta mas veces, sin llegar a una conclusión certera. Eligiendo no por el sonido, si no por el tamaño o por la que te cayo mas simpática.

Así estaba yo aquel día, golpeando a una, luego a otra y luego a otra, hasta que saque una de mas abajo que al golpearla, me pareció escuchar desde adentro una vos que preguntaba ¿quien llama? Espantándome tantito.

Al cabo de un momento pensé -me habrá parecido- y probé de nuevo.

Pum, pum…Y otra vez escuche ¿quien llama? . Había mucha gente alrededor.

-Algún gracioso esta jugando conmigo- supuse, y para no darle el gusto, tome la sandia y fui donde estaba mama para seguir haciendo las compras.

Era una tarde de verano y hacia mucho calor.

Tenia muchas ganas de comerme mi sandia tranquilo, así que agarre el cuchillo y me fui con la sandia a la casa del árbol del fondo.

La puse en el piso y cuando estaba a punto de cortarla… y esto es lo que no me van a poder creer… La sandia comenzó a moverse de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.

Yo me asuste un poquito apartándome de la sandia. Pasaron pocos segundos cuando la sandia se empezó a rajar solita, abriéndose en dos partes iguales cayendo una mitad para cada lado. Dejando salir de adentro un pequeño personaje que vestía un sombrero de sandia tipo Napoleón Bonaparte, camiseta roja con lunares negros, pantalón bombachudo hasta las rodillas a rayas verde claro y verde oscuro. Como zapatos llevaba una sandia en cada pie no mas grande que una aceituna. Su carita y su piel era como la de un muñequito de goma rosado. Muy armonioso y simpático sin lugar a dudas.

Yo refregué mis ojos no dando crédito a lo que estaba viendo. El personaje se quedo mirándome así como yo a el, hasta que atine a preguntarle -¿y tu quien eres? ¿El duende de la sandia?-

El un poco ofuscado por mi pregunta me dijo en una vos algo grave en relación a su pequeño tamaño -Esa manía que tiene la gente de llamarme duende. Yo no soy un duende soy un genio. El genio Perico-

- A perdón, genio Perico, no fue mi intención el importunarte, me llamo Javi -

Y así en seco, me interrumpió diciendo:

- Ni se te vaya a ocurrir pedirme ningún deseo que los tengo todos ocupados. Soy un genio en desgracia-

- Es que ni se me hubiera ocurrido pedirte nada, me agarras tan de sorpresa que no se ni que pensar. Yo pensé que los genios no existían…-



El mal genio del Genio Perico continuaba en ascenso. Caminaba dando tres pasitos ligeritos a la izquierda y tres pasitos ligeritos a la derecha con los brazos cruzados sobre el pecho y el entrecejo fruncido.

-¿Eres tu el que golpeaba la parte de afuera de la sandia hace como una hora atrás?-

-Si.

-¿Y por que?

-Para saber si la sandia estaba lista para ser comida

-¿Y quien te dijo que golpeando la sandia sabrías si esta lista para ser comida? -¡Terrible susto que me lleve al oír esos golpes allí afuera!-

-Perdona, son costumbres que tenemos las personas. Escucha no estés enojado conmigo. ¿Como te puedo ayudar?-

Esta pregunta obro como magia en su actitud, la cual cambio radicalmente.

De repente se relajo, dejo de caminar, se quedo mirándome y esbozó una sonrisa que me devolvió la calma.

-Nunca nadie me había ofrecido ayuda ¿sabes?. Todos piden y piden deseos en cuanto saben que soy un Genio pero no quieren dar nada a cambio. Y esta vez voy a aceptar tu ayuda por que verdaderamente la necesito.

Y para ello te voy a contar mi historia…

III

LA HISTORIA DEL GENIO PERICO


Yo vengo de una familia de genios de jardines y bosques, no voy a negarte que soy primo de algún que otro duende y alguna que otra hada. La diferencia es que las hadas y los duendes no pueden otorgar deseos; en cambio nosotros los Genios, si.

Siempre habite en el interior de las sandias, de allí mi indumentaria.

Era muy joven aun, cuando dos niños me encontraron en el huerto de la casa donde vivían, llevándome a su casa, así como lo hiciste tu, con la diferencia de que tu me compraste en el mercado.

Así como tu también hiciste, golpearon sobre la superficie dura de la sandia, dándome cuenta que había llegado mi hora para ejercer la profesión de genio.

Al salir de la sandia, los niños quedaron tan sorprendidos como yo mismo, dado que eran hermanos gemelos. Igualitos, igualitos.

Cuando les dije que era genio, (también me confundieron con un duende) uno no paraba de preguntarme cuantos deseos le concedería, queriéndome encerrar dentro de un frasco sucio de vidrio para que no me escapara.

Parece que una semana atrás habían leído el cuento de Aladino y la lámpara maravillosa y tenia muy en claro la funciones y obligaciones de los genios.

El otro de los niños mas callado y pensativo, trataba de calmar a su hermano pidiéndole que me dejara tranquilo, que no me metiera en el frasco y que me dejara hablar.

Como los que me sacaron de la sandia eran dos, y yo tengo la obligación por el código 18323 de los Genios de otorgar 3 deseos por persona, en este caso 3 deseos serian otorgados a uno primero y tres al otro mas tarde. Quedando libre el día que terminara de cumplir el ultimo deseo.

El hermano que me quería encerrar se llamaba Tino y era muy ambicioso, manipulador y malo, siendo el otro, Paco, buena gente, generoso y considerado.

Tino desde ya fue el primero en formular sus deseos, convenciendo a Paco que tendría que esperar por su turno.

Paco era tan generoso que no le importo. Sin saber que la ambición y la especulación de Tino le llevarían años entre deseo y deseo.

El primer deseo de Tino fue tener el sótano de la casa, que era el espacio mas grande que tenían, abarrotado de juguetes.

Y así fue concedido su deseo.

Tino pasaba horas en el sótano jugando a los autitos de carreras, construía castillos con los bloques mas sofisticados, tenia espadas, disfraces, tiro al blanco con arco flecha y dardos, carrera de caballos, robots de lata, muñecos a cuerda, juegos completos de magia, soldados e indios, patines, patinetas, bicicleta, pelotas para todos los deportes… en fin todo lo que un niño de esa edad podía querer en esta vida. (En aquella época no existían los video juegos ni nada parecido a las cosas que los niños pueden desear hoy en día)

Lo notable era que no dejaba que Paco se acercara al sótano para compartir con el los juguetes.

Muy de vez en cuando lo llamaba por que quería jugar ajedrez, damas o algún otro juego de mesa o pelota que se hace imposible o aburridísimo jugar solo, con la clara prevención de que seria el, exclusivamente el ganador.

Así paso el tiempo siendo tantos los juguetes que Tino paso toda su infancia y parte de su adolescencia entretenido jugando sin pensar que tanto yo, el Genio , como Paco su hermano, estábamos encadenados a sus caprichos y deseos.

Los padres de los gemelos también estaban como adormecidos bajo la influencia dominadora de Tino, por eso no decían ni hacían nada mas que lo que el quería.

Un día cansado y hastiado de todos los juguetes, Tino se ocupo vendiendo todo. Hizo mucho dinero por que todos aquellos juguetes eran extraños y nadie los tenia. Puso avisos en los periódicos anunciando la gran venta.

No se como le hacia, pero la gente llegaba desde los cuatro puntos cardinales, hasta llevarse la ultima canica que Tino vendió al precio mas alto del mercado.

El sótano quedo vacío y para entonces sus padres ya no vivían siendo Paco el que se ocupaba de cuidar la casa.

Un día Tino, se encerró una semana en su cuarto pensando cual seria su próximo deseo.

Cuando estuvo listo tan solo su pensamiento me trajo a donde el estaba.

Su ambición había crecido y lo que quería ahora era poseer todas las tierras con todo lo que traían incluidas (casas, establos, camiones, animales) de todas las granjas de alrededor de su huerta de sandias, no importando la suerte o la historia de las personas que allí habían vivido por años.

Yo estaba a su merced y no podía safar de su voluntad siniestra hasta terminar con el tercer deseo, así que me vi en la obligación de cumplir su malvada voluntad.

Al momento aparecieron los títulos de propiedad a su nombre de todas las granjas de sandias de los alrededores de la huerta de Tino sobre el escritorio.

La gente que vivió feliz allí por años, no tuvo mas remedio que marcharse a tristes ciudades grises.

Los próximos años Tino los ocupo en monopolizar las sandias de la región, haciendo grandes negocios nacionales e internacionales vendiendo las sandias a precios muy altos; pagándole a la gente que para el trabajaba precios muy bajos. De esta manera su dinero crecía y crecía.

Pasado cierto tiempo, Tino volvió a traerme con el pensamiento para que le cumpliera su ultimo deseo. Sentí cierto alivio al pensar que este seria el ultimo , pero lejos de eso, al estar frente a el, nuevamente tuve la certeza de que no me libraría tan fácilmente de aquel indeseable.

Lo vi mas egoísta y despiadado que nunca en particular al saber la naturaleza de su ultimo deseo…

-Mi voluntad es tener el turno de Paco al pedir mi próximo deseo- dijo fríamente.

Yo nada podía hacer, otra vez estaba a la merced de aquella persona calculadora y caprichosa que me tenia encadenado desde hacia años.



Al ya saberse dueño de aquel deseo lo formulo inmediatamente, el cual no dejo de ser tan egoísta y despiadado como el anterior.

-Quiero que Paco quede encerrado en el sótano de la casa-

-¡Pero que tipo jodido y malvado! ¿Qué le molestaba el pobre de su hermano Paco, que nada dice ni hace mas que cuidar de la casa? -pensé-

Pero así es Tino de malo…ejerciendo además un poder abrumador sobre la voluntad de las personas.



Paco, como por arte de magia fue encerrado en el sótano de la casa, donde otrora habían estado los juguetes.



Siendo este ahora un lugar húmedo, desolado y oscuro.

Taciturno y desconsolado ante tanta injusticia y maldad nada puede hacer.

Ni siquiera se le ocurre pensar en mi para pedir su deseo y cambiar su suerte.

Mientras el no lo desee yo no lo puedo ayudar.

Así que una vez cumplido el deseo de Tino, triste y frustrado, desaparecí de la casa, regresando a la primer sandia que encontré en la huerta.

No se cuanto tiempo paso pero seguramente cosecharon la sandia donde estaba, juntándola con muchas otras, transportándola mas tarde al mercado donde la compraste.

-¡Que historia dramática y terrible!, Genio Perico, ¿ que es lo que vas a hacer ahora?- replique-

- Bueno, como me ofreciste tu ayuda… tendríamos que pensar en algo para sacar al bueno de Paco del sótano, que formule su tercer deseo, y así yo también quedar libre, ya que si no siempre estaré encadenado a el.

Por el código 35678 de los genios, luego de formular el ultimo deseo quedo de vacaciones por los próximos 25 años hasta que alguien mas me encuentre y tenga que trabajar cumpliendo los deseos nuevamente. Con suerte el próximo que me encuentre sea uno solo, y no se demore tantos años en pedir lo que quiera…

-¿Tienes alguna sugerencia o idea?-

-¿Dónde esta la casa de Tino y Paco? Tendríamos que ir allí para liberar a Paco. ¿ No podemos usar tus poderes mágicos para eso?-

- Pues no, yo no tengo poderes mágicos. La magia se usa exclusivamente para los deseos del consumidor.

Esta casa queda en las afueras de la ciudad, ruta 79, Km. 109 rumbo Nor-Oeste cerca de la Laguna de los Cóndores.-

- Eso es muy lejos…pero…¡Ya se lo que podemos hacer!-

Tengo un primo que se llama Vicente.

-¡Es un tipo a todo dar! Tiene un Ford Mustang 70’ que rescato de la chatarra por que estudia mecanica. Si yo le pido que nos ayude lo hará.

IV


RUTA 79, KM 109 RUMBO NOR- OESTE



Llame a mi primo, quien en un principio se rió de mi, cuando le conté lo que estaba pasando. -y no lo culpo-

-¿Quien me creería si le digo que me encontré un genio dentro de una sandia? Y mas si es un genio en desgracia que me esta pidiendo que lo lleve a la casa de un desgraciado que vive cerca de la Laguna de los Cóndores.

Tuve que caminar las tres cuadras que distan hasta la casa de mi primo con el genio metido en la mochila a la espalda.

Cuando Vicente lo vio, abrió la boca de la sorpresa.

En un principio pensó que era un muñequito que me habían regalado (¿yo, Javi jugando con muñequitos? ¡ Por favor!)

Pero en cuanto Perico le empezó a hablar y a mostrar su mal genio de genio, Vicente se despabilo cayendo en la cuenta de que lo que le había dicho era verdad.

Y tal como le explique a Perico, mi primo fue el primero en querer participar en el rescate de Paco.

Le avise a mama que pasaría la noche en casa de Vicente, al cabo estaba de vacaciones y no tenia que ir a la escuela.

Temprano, la mañana nos encontró ya en la ruta 79.

Nos llevo casi tres horas llegar a la quinta de las sandias de Tino.

Por el camino el genio Perico puso en antecedentes de todo lo sucedido a mi primo, así como lo alerto de todas las artimañas de que era capaz.

Pensamos en mas de cien planes para salvar a Paco. Finalmente nos pusimos de acuerdo en uno.

Vicente nos dejo a Perico y a mi en las afueras de la entrada de la hacienda de Tino.

El siguió con el Mustang hasta la puerta de la casa. Seguro y desenvuelto golpeo con toda naturalidad, presentándose como periodista de un importante periódico local.

La misión de Vicente era distraer a Tino y con la historia del periodista y la nota, exploto el gran ego de Tino haciéndole preguntas al “Gran empresario de las sandias” poniendo en evidencia sus grandes aciertos y aseverando sus grandes cualidades empresariales.

Como se imaginaran Tino, estaba muy ensimismado hablando de el mismo, de su inteligencia y perspicacia en los negocios.

Mientras tanto, Perico y yo fuimos escondiéndonos entre los árboles hasta llegar a la parte de atrás de la casa.

Por una ventana de vidrios sucios y empañados a la altura del piso, vimos al viejo Paco sentado en una silla del sótano.

Por una ranura de la ventilación nos metimos hasta llegar donde Paco.

-Oye Paco, soy yo. El genio Perico, y este es mi amigo Javi. - Aquí vinimos a rescatarte de este lugar horrible y de la influencia de Tino.

En ese momento se prendieron reflectores y una alarma chillona y delatora comenzó a sonar con todas sus fuerzas.

Escuchamos gente correr a donde nosotros estábamos, y a Tino gritando “Intrusos en la casa”

Perico miro fijamente a Paco a quien se lo veía triste y desanimado, diciéndole

- Paco, formula tu deseo inmediatamente que allí viene Tino. Esta es tu última oportunidad.-

-¿ Quieres que lo mande a una Isla en el medio del mar? -

-¿ Quieres que lo envíe a un lugar remoto en la cumbre de una montaña muy alta?-

Paco miro a Perico con ojos de ilusión, como si un nuevo aire le hubiera traído claridad en su pensamiento.

Y con gran serenidad dijo - quiero que mi hermano sea una persona buena y justa-

En ese mismo momento Tino llegaba a la puerta del recinto donde nos encontrábamos jadeante y sudado. Hubo un gran silencio en el ambiente.

Ambos hermanos se miraron brotando gruesas lagrimas de sus ojos, corrieron a abrasarse, emocionados y sin poder hablar.

Tino repetía un perdón tras otro Y Paco no paraba de decirle “hermano“.

Pasado un rato , ya recuperados salimos del sótano al huerto de las sandias.

Entre la brisa del viento , los árboles que bordeaban el contorno y el brillante sol que hacia ver a las sandias mas verdes. Paco dijo que estaba listo para su ultimo deseo.

-Quiero que regresen todos nuestros vecinos, para compartir con ellos los huertos de sandias-

Inmediatamente, familias comenzaron a entrar por todos los portones, hombres, mujeres, ancianos y niños se veían muy felices bajo el sol caminando entre las sandias riendo, y hablando amenamente, dándole apretón de manos a Paco y Tino que también sonreían y se abrazaban fraternalmente.


-Misión cumplida , genio Perico - le dije dándole un apretón a su manita del tamaño de un garbanzo.

-¿Listo para tus vacaciones de 25 años?-

- Si, ya lo creo… estoy muy necesitado de vacaciones.-

- Gracias, por tu ayuda y la de Vicente , si no hubiera sido por ustedes nunca hubiera podido acabar mi trabajo. Hasta pronto amigos-

Y sin decir mas salto y salio corriendo entre las plantas de sandias que se perdían en el horizonte.



Lamento que el Genio Perico no me haya podido otorgar un deseo por el codigo de reglas que rige a los genios, pero de haber podido pedir un deseo hubiera querido que Papa Noel, los reyes magos y el ratón Pérez existieran.