jueves, 29 de diciembre de 2011

Familia casi perfecta


 Ana flota en una pequeña embarcación pesquera sobre el mar. No sabe exactamente donde esta, ni tampoco le importa, tan solo sabe que es libre y esto la hace sumamente feliz. Mirando el lento atardecer anaranjado sobre el horizonte. Los pelícanos vuelan en simétrico vuelo uno tras otro, cruzando el cielo de Sur a Norte.


Su casa blanca esta en el pueblo, sobre una centenaria y angosta calle cuesta arriba, un pequeño cuarto con tan solo lo necesario.

Lo indispensable, una ventana con sol, un caballete, pinturas, pinceles y papeles para colorear el mundo simple, la vida que le pertenece, el viento que le golpea la cara , el mar que le llena los ojos y las barcazas que adora, a lo lejos. Pintar sus anhelos, sus deseos y la vida que vivió y comienza a sentir ahora , a su manera, y como le da la gana.

Ana no regresa, ya lo resolvió. No mas jaula de oro. No mas esclavitud en forma de familia perfecta.

La respetable familia siempre fue la admiración de todos. Años de aparente feliz y unido matrimonio, una opulenta casa en la parte mas importante de la ciudad, hijos adorables y estudiosos, carrera profesional del esposo, solvencia económica, varios  autos en el garaje, vacaciones en Paris, Praga, Nueva York o donde quisiera el marido, casa de campo en las afueras, entre otras cosas, eran las situaciones habituales de la familia.
Ana siempre hermosa, sonriente, madre abnegada y esposa fiel.

Apenas termino bellas artes, muy joven por cierto, ya que siempre fue alumna destacada, se caso; entonces para que quería trabajar si su esposo, recién recibido de ingeniero agrónomo, podría proveer a la familia todo lo necesario para que Ana no trabajase. Así lo consideraron los padres de ella, sus suegros y su propio marido.

Todos opinaron menos Ana, que no tuvo ni voz ni voto en esta decisión. Ana paciente. Ana postergada. Ana la decoración perfecta de la familia.

Al poco tiempo comenzaron a llegar “ los herederos”, como los llamaba el abuelo, para completar la felicidad del cuadro familiar. Todos dignos de la estirpe y abolengo del apellido que pesaba a sus espaldas, así como en la cruza de caballos de pura raza.

Joven ama de casa, esposa ejemplar y dedicada. Ana atendía la casa de la ciudad así como la del campo como se espera de toda una Señora. -Anita tan buena anfitriona-

Pasaron los días, los meses , los años , Navidades, cumpleaños, aniversarios y funerales.

Los hijos crecieron e hicieron lo que quisieron, marchándose y olvidando a la abnegada madre.

Infidelidades del magnifico esposo salieron a la luz, Ana ya no era tan hermosa. Ana ya no era tan joven.

Su padre, de tanto abolengo lo internaron con cirrosis por tanto tomar whisky británico y rum caribeño.

Un buen día Ana amaneció despertando de un largo letargo, miro sus manos vacías de propios logros, mas llenas de brillantes y arrugas.

Miro en su interior y se dio cuenta que la sangre no le corría por las venas, que su vida siempre había sido un escaparate y que ya era tiempo de ser ella misma. Siempre había estado al servicio de lo que los otros esperaban de ella , sin pensar en lo que ella quería sentía, deseaba, amaba, prefería o pensaba.

Entonces se pregunto, ¿que hago aquí? Es hora de vivir.

Una mañana sin decirle a nadie donde iba, se marcho muy lejos, borro su apellido y se quedo con su nombre.

Llego al pequeño pueblo que siempre quiso visitar, Y que nunca había pisado.

Hizo lo que siempre quiso hacer y que nunca le permitieron, por pensar que era inútil. Pintar y dibujar .

Por las tardes Ana acompaña a los pescadores a pescar, de regreso los ayuda a lavar las redes y elige el pescado para su cena.

Ana es mas hermosa. Ana es feliz.

viernes, 16 de diciembre de 2011

CUENTO DE NAVIDAD

RÉQUIEM PARA UN ÁRBOL NAVIDEÑO


Dedicado a todos los que compartieron este tiempo.


Había una vez una familia que vivía en el segundo piso de un departamento
ubicado en el centro de la ciudad.
La familia la formaba papá, mamá y una niñita menudita y rubiecita.
Un año cerca de la navidad, el papa llegó a la casa con un bonito y frondoso
árbol de navidad, no como los plásticos (made in China) que conocemos hoy en día,
éste era un árbol como los de aquellos tiempos. Hecho de plumas de gallina y
teñido de color verde musgo. El tronco del árbol estaba incrustado en una base
de madera redonda y sólida , con la textura de la madera real.
La decoración la hacían hermosas lamparitas de colores de vidrio esmerilado, no
habían dos iguales. Una era un pájaro, otra un angelito, estrellas, farolitos chinos, haciendo en
conjunto, un sin fin de encantadoras luces que la familia disfrutaba.
Así también esferas de frágil vidrio de colores y guirnaldas de papel plateado.
No se a que miembro de la familia se le ocurrió la brillante idea de agregar a la
adorable decoración unas velitas de color caramelo-naranja ajustadas en un
ganchito metálico que se adherían a los extremos de las ramas.
Más audaz fue la idea de poner candela a las velitas con un cerillo se madera.
Oh , ¡que encantadora la luz ardiendo en las velitas! El fuego se avivaba cada
vez más y comenzó a arder fuera de las velas, encendiendo también al árbol.
¡Que susto! Toda la casa se lleno de humo en un minuto , y con el peligro de
un incendio inminente, el papá en un acto rápido de valentía, tomo al arbolito
de las ramas que aun estaban sin fuego y aprovechando que la ventana que daba
a la calle estaba abierta arrojó al arbolito; rogando que no pasara ninguna
persona en ese momento por la calle.
Toda la familia bajo corriendo las escaleras para ver que había pasado con el
arbolito.
Algo chamuscado, más mustio, sin velas, con nuevas bombitas, y lamparitas de
colores, el arbolito siguió subsistiendo año tras año nuevas navidades.
La familia se mudó a una casa mucho más grande , teniendo ahora una nueva niña en la familia .
La hermana mas pequeña era ahora la encargada de armar cada año el mismo arbolito y no nos olvidemos del encantador pesebre.... aquel armado con cajas a diferentes niveles para imitar las montañas, en un rincón del hall de entrada para que todos lo vieran, con papel madera, pintado con pintura de Siena, con lagos hechos de espejos, portal de cañas, musgo, y harina espolvoreada para representar la nieve (aunque para esa familia sudamericana la navidad siempre era en verano)
Las figuras eran de yeso pintado representando a María, José, el niño, los ángeles, los reyes magos , los pastores. El cielo era de papel azul y la estrella de Belén estaba hecha de aluminio plateado sobre el portal. Cada año varias horas pasaba la pequeña trabajando con gusto en aquel proyecto.

Pasó el tiempo, y en vísperas de otra navidad, la hija menor que era para entonces una adolescente participó en una obra de teatro parroquial, siendo la encargada de la escenografía de la obra.

Fue allí que no tuvo mejor idea que utilizar al arbolito como parte de la decoración de la obra ignorando la historia que éste guardaba tomándolo sin preguntar ni pedir permiso. (algo típico de los adolescentes)
El pápa de la casa dándose cuenta del desacato que su hija estaba por cometer,
advirtió a la niña que cuidara mucho de aquel histórico y heroico arbolito que
había soportado tantas contrariedades, sobreviviendo a los infortunios del
incendio y el casi suicidio desde un segundo piso. Ordenándole que lo
regresara en las mismas condiciones en que se lo estaba llevando.
Llegó el día de la obra teatral, todos se divirtieron mucho, la gente aplaudió y al
terminar se deshizo todo lo hecho.
Cada uno se llevó a su casa lo que había aportado, disfraces, muebles, pinturas.
Con el entusiasmo del día y el sentimiento de “misión cumplida“ , la niña llegó de vuelta a la casa con todo lo que había colaborado, bolsas y bolsas de diferentes objetos.
Pero... oh...creo falta algo... ¡Me olvide el arbolito! ¡Papá, que me va a decir papá! -pensó la niña-
... De vuelta al teatro de la parroquia a buscar el arbolito.
Aquel año la navidad llego con frío y lluvia, algo extraño para esa época del año.
En la escuela fuera de la parroquia,  ya todos se habían ido, los pasillos estaban en silencio y oscuros.
Seguramente el arbolito estará en un salón bajo llave - pensó - , recorriendo los pasillos vacíos.
Ya saliendo, de la punta de uno de los tachos de basura que estaban a un
costado de la entrada, una visión aterradora la hizo cambiar de opinión...el
arbolito, más mustio, más gastado, más pelado y viejo le decía.... no me dejes,
rescátame...
Pegajoso de Coca cola derramada, lleno de papeles y basura pegada, la niña fue sacando al desvencijado arbolito de la basura.

Camino de vuelta a casa, con el corazón sobrecogido y con miedo a lo que su papá le diría.
La lluvia persistente comenzó a bañar las veredas y los adoquines de la calle
vacía. ¡Era Diciembre y se sentía el frío de Julio!
Llegando a la casa lo importante seria esconder el cuerpo del delito… pero eso fue
imposible.
El papá sabiendo que la obra de teatro había concluido lo primero que le pidió
a su hija fue ver el arbolito prestado.
Al comprobar todos los años que aquel árbol había envejecido en unas pocas horas, el
padre montó en cólera, repitiendo otra vez la acción que hizo años atrás.
El que estaba en llamas de furia esta vez no era el pino artificial sino el enojado padre.
Esta vez abrió el balcón y revoleó al arbolito desde el primer piso, vociferando
en contra de la compañía teatral de la parroquia y de su hija. El lastimoso árbol inevitablemente fue a parar al medio de la calle, entre los adoquines empapados por la lluvia.
Ya terminada la escena de enojo el padre se fue a la cocina. La niña, con lagrimas en los ojos contemplaba a través de los vidrios del balcón cerrado, el triste final del
árbol familiar.
La tía que había vivido los resientes acontecimientos y le dio pena el sentir de su sobrina, se ofreció ir a buscarlo a la calle, más la niña le respondió - "Ya déjalo, es inútil, el árbol se ha muerto"-
Hubieron otras navidades, donde no llovió e hizo mucho calor.
Otro árbol plástico “ made in China” ocupó el lugar del anterior, más la niña nunca olvidó aquel árbol viejito, ralo, hecho de plumas de gallina, teñido de verde musgo y base de madera autentica, que compartió con ella todas las navidades de su niñez.





sábado, 3 de diciembre de 2011

LA PIEDRA MOVEDIZA

LA PIEDRA MOVEDIZA




Entre las muchas historias que recuerdo, de mi querida abuela Paulina , oriunda de Tandil, Provincia de Buenos Aires; esta la de la piedra movediza o “la piedra que late” como la llamaban, que cayó en 1912 desde lo alto de la sierra dejando un misterio desvanecido en la sombra.

Muchas y muy diferentes teorias tejió la gente de la zona como razón de por que la piedra cayó; unos decían por vandalismo y otros por el retumbe de explosiones en canteras cercanas.

Para probar que la piedra oscilaba, la gente colocaba botellas bajo la piedra que se encontraba haciendo equilibrio, apoyada sobre una roca plana que daba a una pendiente; regresando al otro día y encontrando tan solo pedazos de vidrios rotos.

Desde siempre esta piedra se convirtió en leyenda antes de haber caído.

Hasta los nativos que vivían en la región antes de que el hombre blanco llegara, crearon historias en relación a la piedra que tenían que ver con el sol y la luna.

La historia que narraba la abuela es que desde finales del siglo XIX , existía en Tandil un asilo de niñas y ancianos atendido por las monjas de las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia.

En el asilo desde hacia años vivía un viejo apodado “Pandereta” quien además de vivir, trabajaba en el asilo, haciendo de cochero, jardinero o cualquier otra tarea de mantenimiento o reparación que fuera necesaria.

El tal Pandereta juraba y perjuraba a todos que el moriría el día que la piedra cayera sierra abajo. Nadie le daba mayor importancia al asunto.

Una mañana tuvieron que ir a buscarlo a su cuarto por que el no aparecía a desayunar, encontrando al viejo muerto en su cama.

Aquel día lo velaron en la iglesia, le hicieron misa y lo llevaron al cementerio como corresponde a todo buen cristiano.

Todos lamentaron la muerte de Pandera, sin duda era un buen hombre, aunque algo presuntuoso de su parte el pensar que la piedra caería el día de su muerte.

Llego la noche y se desato tremenda tormenta, viento y relámpagos que no dejaban de iluminar el cielo.

A las puertas del asilo llegada la madrugada, entre el estruendo de los truenos que retumbaban en la sierra y el pueblo, alguien golpeaba el portón con desesperación.

La monjita portera, que a esas horas dormía, se despertó por los golpes, corriendo a atender a quien estaba tocando. Por poco cae de espaldas por el susto de encontrar a las puertas del asilo al viejo Pandereta empapado, embarrado y con el mismo traje con que lo habían enterrado horas antes.

El viejo sufría de catalepsia, enfermedad que reduce a cero los signos vitales, pero en definitiva aunque parezca en apariencia estar muerto, la persona esta viva, despertando después de varias horas del letargo.

Esto es lo que le paso a Pandereta, que una vez recuperado del susto de haber salido de la tumba, continuo viviendo varios años mas en el asilo.

Llego la tarde del 12 de Febrero de 1912. Un estruendo que pareció rasgar la tierra interrumpió la tranquilidad del día.

“ El eco inesperado de aquel pregón siniestro” como dijera el escritor Ricardo Rojas en su momento, saco a las personas de sus casas, cruzando las calles del pueblo, pastizales y quintas, presagiando camino arriba la razón del escándalo.

Silencio, calor, polvo y pesadumbre arrastraban a la gente en procesión a lo alto de la sierra encontrando el espacio vacío en donde antes estaba la piedra; yaciendo la misma rota en tres pedazos muchos metros abajo.

Todos fueron a ser testigos de la caída del gigante; no faltando hombres, mujeres y niños que azorados concurrieron al lugar.

Entre el tumulto nadie advirtió que había un ausente.

Aquella noche cuando regresaron al asilo, encontraron a Pandereta junto a una banca del patio que daba al huerto, tendido en el piso boca arriba . Esta vez un fulminante paro cardiaco lo mato definitivamente.

Pandereta cumplió su juramento.

TRES MICRORELATOS

UN PEQUEÑO LUGAR


Hay un lugar que amo entrañablemente.

Simple y pequeño me hace sentir bien.

Es el jardín de mi casa un refugio abierto, anhelo de mi paz.

La casa del árbol, quedo en el pasado de mi hijo adolescente; allí dormida entre el follaje verde que fue cubriéndola y dejándola diminuta y olvidada .

Una ligustrina me separa de la calle, donde adivino al vecino paseando a su perro.

Las plantas desprolijas y eclécticas me saludan desde las masetas de barro.

Hojas secas entrometidas e impertinentes caen sin pedir permiso sobre el suelo, la mesa y sillas de hierro.

El bochinchero pájaro azul me llama con su grito estrepitoso para que no me olvide de proporcionarle su ración diaria de maní.

La brisa mueve las hojas que escupen gotas de agua, mientras mi piel se eriza.

En mi jardín quisiera quedarme congelada y eterna sin tiempos ni retornos.
 
LABORATORIO DE ANALISIS




La mañana amenaza ser gris. Lo adivino saliendo de la cama.

Hoy no desayunare, tengo que hacerme el análisis de sangre.

Llego al laboratorio donde la gente sentada una al lado de la otra, no dice palabra alguna. Todos esperan, con cierta angustia el ser llamados por la señorita del delantal blanco.

Siento mariposas que se cuelan en mis tripas. Vértigo y temor hacen que las manos me suden.

Me llaman, el corazón me palpita muy fuerte. Levanto la manga de mi camisa, no quiero mirar.

Siento la goma que me presiona el brazo, la aguja que se clava en mis vena azul, la sangre que llena la jeringa.

Hay manchas negras en la pared. Quisiera llorar pero soy grande y me da vergüenza.

Nada es para siempre. En segundos el viento frío de la calle golpea mi cara.

Un café con tostadas consuela el momento pasado.



AUTISTA


Papa, mama, adivinen como los amo.

No lo puedo decir. No se como se dice.

Mi mundo es pequeño y me aprisiona.

Lloro de frustración cuando no entienden lo que quiero. Me enojo cuando me hablan y es su lengua un idioma lejano que no tiene traducción.

Son mis movimientos repetitivos, reflejo de lo que gira y gira adentro mío.

Todos mis sentidos, exaltados y ultrasensibles, lo único que me conecta al mundo exterior.

En mi tiempo no hay pasado ni futuro solo presente.

Valoren mi sinceridad, por que en mi no hay mentiras, ni caretas hipócritas. Lo que siento se los demuestro con patadas o abrazos. ¡Ojala pudieran entenderme!

Soy diferente y no lo se.

Los niños se ríen de mi o me ignoran; mejor así, sus gritos me aturden y prefiero estar lejos.

Familia, soy su reto y constante lección.

Ámenme siempre. ¡Los necesito tanto!

viernes, 4 de noviembre de 2011

caras vemos corazones no sabemos

CARAS VEMOS CORAZONES NO SABEMOS


Mercedes, huyo del campo, del hambre, del abuso del padrastro . Cruzo fronteras, corrió desiertos, tomo trenes y buses de Gray Hound.

En un tiempo vivió en la casa de una tía lejana, otra vez le rento el cuartito hecho en un garaje sin permisos de la ciudad a la comadre de una vecina de su pueblo.

Tres veces le cortaron la luz por no poder pagarla, paso meses enteros comiendo tortillas y frijoles.

Trabajo en una fabrica de camisas cortando hilos donde la dueña china escapo una madrugada con todas las maquinas de cocer que saco de la fabrica durante la noche mas los salarios de tres semanas de sus empleados que jugo al bacará en un casino de Las Vegas.

Cuido niños malcriados, llorones y ajenos a los que no les entendía cuando le hablaban.

Trapeo la casa, cocino y le limpio el trasero a un anciano cretino que la espiaba cuando iba al baño.

Se enojo con ella misma cuando iba a la escuela (después de estar trabajando 12 horas diarias ) y no le quedaba nada del ingles que estudiaba.

-Que coraje me da no entender y quedarse mirando a la gente con cara de mensa cuando le platican a una, pero no entiendo, no entiendo- se recriminaba Mercedes.

También se lastimo hasta sangrar con los alambres de púa que se le enterraron en la pierna, una vez que la corretearon los de la migra, saltando unos techos, escapando de una redada inesperada en la fabrica de turno donde estaba chambeando por el Este de los Angeles.

Por eso, le pareció tocar el cielo con las manos la vez que le ofrecieron este nuevo trabajo limpiando oficinas por la noche. De 7 de la tarde a 3 de la mañana.

De esas oficinas grandes, lujosas, con carpetas nuevas y ventanales de vidrio, desde donde se ven todas las luces de Los Angeles como nunca las había visto antes.

-Aquí, ¿para que necesito el ingles? mientras cumpla con la chamba esta todo bien- pensó, poniéndose los auriculares en los oídos para escucharlo al Luis Miguel.

Comenzando por el escritorio de la re-cep-tio-nist , Ann Woodman, como se leía en el cartelito al borde de la mesada alta de granito negro , justo arriba del escritorio.

Requete bonita la huera- piensa Mercedes- mientras repasa el marquito del cuadro donde esta la tal Ann con unos perritos caniche de lo mas bonitos.

Hay computadora, teléfono con muchos botones y lucecitas que se prenden y se apagan. Anotadores, portalápices llenos de lapiceras, y repisitas con papeles, muchos papeles.

-Debe ser harto bonito trabajar en una chamba así- piensa , mientras descubre debajo de la silla de cuero giratoria varios chicles pegados.

Mercedes ni se imagina los nervios que vive día a día la pobre Ann, con aquellos teléfonos sonando incansablemente, atendiendo la gente malhumorada que llama o que entra, por las grandes puertas de vidrio. Sin contar las reprimendas que le dan los "salemen" y el "executive manager" cuando se olvida de algo.

La tal Ann ha de tener uñas largas, muy largas, y se las debe pintar de rojo cereza con una lunita blanca en el medio -imagina Mercedes- lejos esta de pensar Mercedes, que Ann se come las uñas, mastica chicle todo el día y cuando sale a la calle fuma un cigarrillo tras otro, para aplacar la ansiedad, que le da el trabajo y mantener el departamento, la cuota del Honda Accord , el seguro, la tarjeta de crédito y mas que nada el vacío y la soledad que genera la ausencia de Tom, con quien vivió los últimos 5 años, amándolo incondicionalmente hasta la mañana fría de Febrero que se fue sin decir palabra.

En la noche y en el silencio los ruidos se sienten mas fuertes. Así se escucha la aspiradora que pasa Mercedes por acá y por allá, hasta que su vista se para en un cuadrito que esta en la pared, justo atrás del escritorio de Leslie.

Allí esta ella con sus compañeros de oficina, posando sonriente y triunfadora junto a una placa ganada a fuerza de ser “la mejor vendedora del mes de Mayo“ . En la foto Leslie deja chaparros a todos los demás.

Hermosa morena, con sus 6 pies de estatura, a los que le agrega otras 5 pulgadas de tacones, como si fuera una Barbie de carne y hueso. Ella es una aguerrida vendedora y es capaz de convencer al mas difícil de los clientes con esa sonrisa encantadora.

Lejos quedaron los tiempos de su tatarabuela esclava en los campos de algodón de algún lugar de Misisipi, y mas aun África de donde sus ancestros vinieron en barcos engrillados con cadenas humillantes , luego de haber pertenecido a la nobleza de quien sabe que casta africana. Leslie lleva encima la señoría de una reina, una reina de ébano que robaron hace siglos del África.

Ya casi siendo las dos de la mañana y después de haber repasado los dos baños del piso,

Mercedes llega a la oficina de Greg McHelsen que es el general manager de la compañía.

“El mero, mero” - se ríe Mercedes.

Su foto muestra a todo un ganador, guapo, sonriente, empresario triunfador, parado junto a su Mercedes Benz descapotado. No hay duda que en la vida ha realizado grandes negocios con colas de ceros.

Greg esconde una parte de su pasado, pero a solas con el mismo, el pasado lo desnuda y ya no hay donde esconderse.

Una puntada invisible y amarga le inunda la boca cuando recuerda a Ruth, su amor de juventud y a la niña. Aquella bebe que apenas vio al nacer supo que tenia Síndrome de Down. Aquello fue muy fuerte para el, para su futuro prometedor para sus recién estrenados 25 años y una gran carrera por delante. A alguien había que echarle la culpa, y siempre fue Ruth . La que fumo marihuana, la que bebió whiskey , la autora de aquella espantosa niña, y a pesar de todo aquel amor las abandono poniendo todo un país y muchos años de distancia de por medio.

A veces Greg se siente solo, tres divorcios, y la ausencia del hijo que siempre temió tener por miedo a repetir la historia de la niña . Culpa le llena el corazón especialmente desde el día que su madre le contó de un niño con Síndrome de Down que ella tuvo antes de el nacer y murió a los pocos días.

Si no hubiera sido tan cobarde compartiría con Ruth aquella pequeña niña regordeta y cariñosa que hoy ya tiene 16 años, a la que Ruth peina con esmerado cuidado cada mañana y manda a la escuela en el bus escolar, susurrando a su oído, - I love you swetty – y ella contesta – I love you mom, I see you later, I love you- mientras guarda las galletas en su mochila.

A las 2:50 AM, Mercedes guarda los limpiadores y la aspiradora en un pequeño cuartito, cerca del elevador, se saca el delantal y los guantes, se lava las manos, saluda a su compañera de trabajo toma su bolsa y sale a la calle, rumbo a su casa.

A las 8:00 AM todos los empleados de Randolph Construction Group estarán entrando por las gruesas puertas de vidrio de la empresa para ocupar sus sitios de trabajo.

A esa misma hora, Mercedes estará durmiendo en su humilde cuartito de la calle Alvarado y Sunset.

Ella soñará que ocupa un escritorio con teléfono, computadora y muchos papeles frente a un ventanal sobre el abismo de una ciudad inhóspita con luces que besan el horizonte . A un costado estará su retrato. Alguien al verlo imaginara que ella es alguien diferente a quien ella en realidad es.

miércoles, 5 de octubre de 2011

ecos en la casa

Adoro viajar, por eso cuando Aurora, mi amiga de la infancia, me invito a su casa en Cuernavaca, me sentí feliz. Una, por que hacia años que no veía y otra por que nunca había estado en Cuernavaca y me agradaba la idea de conocer un lugar nuevo. Conocí a Aurora por que vivíamos en la misma cuadra y desde niñas siempre jugamos juntas y fuimos a la misma escuela. En la adolescencia dejamos de vernos, sus padres se mudaron a otra ciudad y no nos vimos por años. Un día la encontré por casualidad en el centro y desde entonces continuamos la amistad interrumpida. Se había casado y divorciado recientemente. Tenía una preciosa hijita de 6 años. Otra vez nos frecuentábamos, reanudando nuestra amistad. Aurora trabajaba en un estudio jurídico cuando conoció a Eduardo que se encontraba en el país para cerrar un negocio, se enamoraron y en corto tiempo se casaron, como el vivía y tenía sus negocios en México, Aurora se mudo allí con su hija y los hijos del matrimonio anterior de Eduardo. Al tiempo tuvieron otro bebe y Aurora siguió trabajando en la contabilidad de los negocios de su marido. Todos estos años que pasaron nos llamamos por teléfono, nos escribimos e-mails, nos mandamos postales desde los lugares de vacaciones, pero no nos volvimos a ver. Hablamos de visitarnos varias veces, pero finalmente concrete el viaje el pasado invierno. Tome un vuelo hasta la ciudad de México y un autobús a la terminal de Cuernavaca. Ella y toda la familia me fue a buscar. Como era sábado y no tenían ningún compromiso de escuela o trabajo, todos estaban muy entusiasmados en querer llevarme a conocer la ciudad. Todos los chicos hablaban al mismo tiempo contándome un montón de cosas. Me sentí muy cómoda con ellos, es que Aurora siempre les ha hablado mucho de mi, y aunque no hay relación de sangre, me quieren como a una tía. Charla que te charla, me llevaron directamente al centro histórico y como todos teníamos mucho hambre, fuimos a almorzar a un pintoresco restaurante típico llamado “ La india bonita” en el edificio histórico “Casa mañana” muy cerca del Jardín Borda, el cual recorrimos después del almuerzo, luego llegamos a la catedral, terminando el recorrido de varias cuadras en el Palacio de Cortes. Donde visitamos el museo. Esta visita nos llevo todo el resto de la tarde. Quede encantada con todo lo que vimos, aunque bastante cansada, ya que el viaje desde Sur America hasta ciudad de México había sido muy largo e incomodo y esa tarde no paramos ni un minuto de platicar y andar. Todos llegamos a la casa prácticamente extenuados. Aurora y Eduardo tenían una hermosa casa de estilo contemporáneo en la colonia Lomas de Cuernavaca. Los dormitorios de ellos y los niños en la planta alta. abajo el garaje, habiendo a un costado una amplia entrada que daba a la sala con la cocina comedor a continuación , lavadero, baño, escritorio y al fondo un pequeño cuarto de huéspedes que yo ocuparía durante mi estadía. La sala tenia un ventanal inmenso donde se podía ver la alberca iluminada con un bonito parque de césped y árboles. Al término de la cena, lavamos y ordenamos todo, riendo y recordando viejas anécdotas de la infancia y del barrio. Luego Aurora me dio en mano un par de toallas para el baño. Como la conozco, me di cuenta por su mirada que algo me iba a decir, mas termino con un – que tengas buenas noches- siendo la ultima en subir a su cuarto. La casa quedo en silencio. Entre al cuartito de huéspedes, mis bolsos estaban allí desde temprano, el hijo de Eduardo los había entrado. Era un lugar agradable. Lo primero que vi. fue una gran ventana con una pesada cortina de lino natural, lo cual me dio a pensar que la luz no me despertaría temprano a la mañana. Me entretuve mirando todas las fotos que estaban en la pared, los niños en las vacaciones de Acapulco, la beba recién nacida, Eduardo en equipo de pesca mostrando un pescado que acababa de sacar del agua, Aurora junto a sus padres, y otros niños y personas que no conocía, tal vez familiares y amigos de ellos. Había también varios trofeos de football, y volleyball puestos sobre una repisita con los nombres de los hijos de Eduardo. Después de un rato, me dio un sueño tremendo, primero me di una ducha rápida después me metí en la cama y apague la luz. El silencio era absoluto, ya me estaba durmiendo, cuando comencé a sentir sonidos, primero vagos y lejanos, pero después mas nítidos y claros, sillas y mesas que se arrastraban, platos y cubiertos que alguien colocaba sobre las mesas, el chocar de botellas. Mas tarde pasos, y gente que parecían entrar al lugar. Un murmullo que se fue incrementando, se oia que más y más gente llegaba. En un momento comenzó a tocar la música, mariachis con violines, trompetas y guitarras. Alguien cantaba entonadamente. Yo me hice a la idea que era una fiesta o tal vez un restaurante o night club que abría las puertas a horas tardías. No recordaba el haber visto ningún restaurante al lado de la casa de mi amiga cuando llegamos, pero podía ser que no lo hubiera visto o que la entrada estuviera por la otra calle. No quise levantarme a correr la cortina y espiar que veía por la ventana, dado que estaba muy cómoda en la cama, y también por que tenía un poco de frío. A la gente se la oía animada y contenta, el sonido de puertas que se abrían y cerraban, parecían traer platos y bebidas de alguna cocina cercana. Ya me había dormido acostumbrada al ruido, cuando me despertó una discusión. Eran dos hombres notablemente alterados por el alcohol que discutían a gritos y se insultaban groseramente. El tema giraba sobre dinero y caballos, por lo que se decían, uno le había vendido caballos al otro pero no se los había entregado y el negocio no era lo que habían convenido por anticipado. Varias veces uno de los hombres amenazaba al otro con que le iba a contar todo a un tal “ Don Emiliano”. sintiéndose como que el tal “Don Emiliano” era una persona importante. -Será el dueño de alguna hacienda-, pensé, dado que hablaban de caballos, negocios y tierras. De los gritos y los insultos pasaron a las manos, la gente gritaba y parecía salir corriendo del lugar, mesas y sillas se corrían y golpeaban, botellas que se partían con los consecuentes vidrios rotos. Alguien parecía separarlos, hasta que finalmente y de a poco, todos se fueron yendo. La calma regreso al fin y me pude dormir. Desperté a las 10 de la mañana. Como había pensado la noche anterior, la pesada cortina de lino dejaba la habitación en penumbras. Casi no entraba la luz. Lo primero que hice al levantarme fue ir a la ventana para correr la cortina, con la curiosidad de ver el desparramo de lo que había quedado en el patio del restaurante que me imaginaba estaba del otro lado. Pensé encontrar mesas tiradas, botellas rotas, los restos de un gran jolgorio y de una reñida pelea final. Grande fue mi sorpresa cuando del otro lado de la ventana, no había nada de lo que yo pensaba. Tan solo un gran terreno baldío, lleno de matorrales y plantas salvajes, Que relucían bajo aquel soleado día. La única estructura cercana era la pared de una casa similar a la de mi amiga ubicada a una gran distancia, separada con una cerca y árboles altísimos. No había rastros de restaurante alguno. Menos de mesas, sillas, puertas, botellas, instrumentos musicales, gente, nada de nada. Realmente quede impresionada y no encontraba una respuesta lógica a todo lo que había escuchado la noche anterior. Yo sabia que no lo había soñado. Estaba absolutamente despierta y conciente de todo lo que había oído. Me vestí rápidamente y me fui a la cocina donde encontré a Aurora preparando el café. Cuando me vio, ambas sabíamos que había algo por hablar, creo interpreto mi cara de desconcierto. Anoche te iba a decir algo que no te dije - comenzó-. Si me imagino, pero no es tarde aun para que me lo digas ahora- continúe-. Hay veces pasan cosas para las que no tenemos explicación. No siempre pasan, pero pasan. Si, ¿como lo que escuche anoche en el dormitorio donde dormí? Si lo que escuchaste es lo que estoy pensando, así es, no tiene explicación. No pasa siempre, por eso no te quise decir nada, para no asustarte pero particularmente allí, ciertas noches se escuchan cosas que no existen. Te puedo asegurar que no lo soñaste, ni te imaginaste nada. Lo que escuchaste es “invisible”. ¿Que explicación le das a todo lo que escuché? Pues no se, no te sabría decir. Se que esta casa esta edificada sobre un antiguo asentamiento de la época de la revolución. Buscamos en los archivos generales de la ciudad y parece ser que entre el terreno de al lado y esta casa, había un salón social donde se juntaban lugareños y revolucionarios de la época. ¡Si dicen que hasta el mismísimo Emiliano Zapata era un habitúe del salón! Si no nos dijeron mal, había una tienda de abarrotes por delante con un gran salón social por detrás donde se juntaban a comer, beber, jugar a las cartas o hacer negocios, precisamente el salón estaba entre lo que es hoy día el cuarto de huéspedes y el terreno baldío del costado. Si me preguntas a mi, yo creo que ese espacio quedo impregnado del pasado, un pasado tan fuerte, que regresa una y otra vez, así como un eco. ¡ Que suerte que la hija de Aurora me quiere como a una tía!, por que durante los diez días de visita en Cuernavaca dormí en su cuarto. Es que en el cuarto de huéspedes los ecos del pasado de la casa no me hubieran dejado descansar.

jueves, 29 de septiembre de 2011

El poeta enamorado

El poeta enamorado

El poeta dio un paso adelante, en la plataforma de madera que circundaba la casa. Justo aquella parte faltante de la barandilla gris.
Sin mayores aspavientos quedo colgado así como lo había pensado tantas veces, con la lengua afuera y un hilillo de saliva que se le escapaba por el costado de la boca.
Del sauce llorón junto a la casa pendia su cuerpo con la fresca brisa que la mañana traía del arroyo. Luces y sombras arrullaban su rostro barbado de dos días. La camisa blanca se dejaba ver por entre los agujeros de su gastado y manchado suéter de lana gris.
Tantas veces le escribió sin saber que aquel paso era lo único que lo separaba de ella, la muerte.
Adentro, el mate quedo sobre la mesa junto a la pava con el agua aun tibia y un último poema en su cuaderno escrito con un lápiz despuntado a fuerza de un cuchillo filoso.
Tantos amores falsamente vividos, tantas palabras llenas de emoción pero vacías de vivencias; quedaron suspendidas en los renglones de aquel cuaderno gastado.
Suspiros y mas suspiros, así había sido la vida del poeta mirando pasar la vida como tras la ventanilla de un tren sin estaciones.
Siempre describiendo situaciones observadas tras la mesa de un café.
Cosas que otros vivían, palabras que otros decían, besos que otros se daban en la oscuridad de un callejón solitario. Los otros eran siempre los protagonistas mas nunca el.
El poeta tenia los pies gastados de tanto andar por calles llenas de gente y el corazón pesado a fuerza de la excesiva soledad.
La muerte, vestida de mujer, extendió una mano y llamo al poeta por su nombre. Este la asió fuertemente, dando un paso adelante en la plataforma de madera. La tomo por la cintura, diciéndole: “amor mío, ¡ por fin has llegado!¡ tanto que te he esperado!” . Luego la beso lentamente y sin prisa la tomo por el hombro.
Ambos se alejaron por el sendero arbolado hasta desvanecerse entre la maleza que lleva al río.

martes, 20 de septiembre de 2011

Fulminante

FULMINANTE

La tormenta anunciada desde temprano por los noticieros no se hizo esperar.
Viento y lluvia azotaban sin pausa los árboles y el tendido eléctrico del barrio.
Los relámpagos descargaban su furia en el anubarrado horizonte, proyectando la luz enramada en aquel cielo violento; retumbando después la tierra como el eco de un golpe lejano.
Dentro de la casa las palabras dolían. No había pausa ni sosiego. El aire era un cerrado círculo sin espacios, colmado de nubarrones aun más negros que los que cercaban el cielo exterior.
Dolores, sola, sentada en su cama se tapaba los oídos. No quería oír.
No eran precisamente los truenos, a los que tanto temió en otro momento el motivo de su angustia .
Eran los gritos los que la sacudían una y otra vez rebotando en su cabeza, saltando en las paredes o metiéndose por debajo de la ranura de la puerta.
El hámster en su caja de vidrio corría frenéticamente en la rueda que emitía un molesto sonido agudo, como si quisiera alejarse de aquella situación incomoda.
Los papas de Dolores estaban discutiendo desde varias horas atrás.
La discusión se inicio por una pavada, como era usual, pero con los minutos una palabra irónica trajo otra palabra mal intencionada y poco a poco la ira salió a la superficie como una eczema que se rasca y se va extendiendo por el cuerpo, salvaje y urticante.
Viejas situaciones arrastradas, heridas del alma no curadas, disparados como dardos entre marido y mujer .
El orgullo, el brazo a no torcer, el “por que tu siempre” o el “por que yo nunca” generaron una bola de nieve imposible de frenar.
Palabras hirientes, insultos ácidos y golpes en las paredes llevaban a la pareja por un camino sin retorno, repleto de abismos por donde ambos rodaban cuesta abajo.
Fue todo tan rápido… Con tanto griterío ni se dieron cuenta cuando la ráfaga de viento abrió inesperadamente la puerta de la vivienda, entrando por la misma un rayo que fulmino instantáneamente a los dos . De estar rojos de ira, quedaron negros como el carbón.
Dolores no le teme a los truenos.
En las noches de tormenta, su abuela la abriga y le lleva leche tibia a la cama mientras le lee un cuento antes de dormir.

domingo, 10 de julio de 2011

BURBUJAS MAGICAS

BURBUJAS MAGICAS
I

Todas las tardes, cuando Juan llegaba de la escuela, luego de saludar a mama y a la abuela, salía al patio a jugar un ratito con Poncho, su perro,  mientras mama preparaba la merienda. Después llegaba la hora de la tarea.
 Mientras Juan hacia los deberes, Poncho lo miraba desde un rincón del cuarto quieto y atento para no distraerlo, esperando que su amigo terminase rapidito por que a las 5 de la tarde empezaba en la TV  súper embrio Star, el programa favorito de Juan. Hora  de suspenso total, aventuras y acción extrema.
Juan y Poncho tirados en el piso del cuarto, gritaban, luchaban y  disfrutaban cada minuto del programa.
Mas tarde llegaba papa, y todos cenaban juntos contando como les había ido durante el día.
Lo difícil venia después, cuando mama mandaba a Juan a bañarse…
No hay nada que Juan aborreciera mas en este mundo que el tener que bañarse.
Es mas, siempre buscaba una buena excusa para no hacerlo.
Mama decía -es que hueles a usado pero después de  bañarte olerás a nuevo-  Pero a Juan eso del olor a usado o nuevo lo tenia sin cuidado.


II

Juan, puso en practica muchos planes para poder evitar la tediosa “operación baño” que  le imponía mama todos los días. Desde los  mas simple hasta los mas elaborados,  sin haber encontrado uno  100% efectivo.
El primer plan que se le ocurrió, fue el de entrar al  baño, abrir la llave del agua, sentarse en el excusado un tiempo prudente, cerrar la llave y salir como si tal cosa, pero su mama suspicaz y experimentada lo descubrió muy rápidamente por que la toalla estaba seca así como el resto del baño.
¿Acaso su mama había sido agente supersecreto antes de casarse con  papa? ¿Como hizo para darse cuenta? ¿Tendría radares ultra magnéticos en los oídos para captar el sonido del agua a través de la puerta y un higrómetro  para medir  la humedad en la toalla?
Juan se preguntaba por que tenia que bañarse tan a menudo, y no podía ser  como Poncho su perro, que lo bañaban una vez al mes.
También se preguntaba, ¿cuantas veces por semana  el súper embrio Star se bañaría?
Pensando lo malo que podía ser para la salud de un niño de su edad, un baño, cotidiano, es que se le ocurrió un nuevo plan.
Con un brillo especial en los ojos penso en  la idea de la tos. -Esa es una buena excusa- pensó,   -mañana  a la hora del baño me haré el que me da catarro y… ¡adios baño!-
Así Juan al otro día, ensayo una tos continua, acompañada de cara compungida, quejas de dolor de cabeza y un exagerado temblor en todo el cuerpo.
Pero como dice la abuela, “peor el remedio que la enfermedad” .
Juan no se baño aquel día, pero  termino metido en  la cama a la fuerza, con el termómetro en la boca, la bolsa de agua caliente en los pies, jarabe de la tos con sabor detestable y unos ungüentos malolientes untados en el pecho que le hacían recordar al cajón de los remedios de la abuela Carlota.
¡Ese plan quedo desechado para siempre!


III

Otro día viendo a la abuela sacar  del ropero  cosas que no usaba  mas como
un paraguas viejo, impermeable  de los anos 70‘ , botas de goma gastadas y  sombrero de lluvia apolillado, entre otros objetos,  fue como se le ocurrió  otro plan magistral digno del súper embrio Star .
Aquel  capitulo,  en que se metamorfosea para que sus acérrimos enemigos no lo  descubran.
 Esta vez necesitaba ser mas meticuloso en los detalles y pasos a seguir.
 Así que con disimulo y como quien no quiere la cosa, Juan le pidió  a la abuela las cosas viejas que saco del ropero con la escusa de que las llevaría al desván.
Separando  el paraguas, impermeable, botas y sombrero  en una bolsa  se fue bajo la ventana del baño,  a donde daba el patio  de la casa, escondiéndola  tras el masetero de geranios,  pegada a la abertura del ventanal.
Llegada la fastidiosa hora, Juan,  desde la ventana del baño , se estiro un  poco para tomar la bolsa con el equipo “anti ducha”.
Se puso el piloto sobre la ropa, las botas en los pies, el sombrero en la cabeza, abrió la llave del agua y después el paraguas, metiéndose en la ducha.
Canto un poquito para hacer la cosa un poco mas real, y al cabo de un rato cerro la canilla, sacudio el agua del paraguas por todo el baño, mojo la toalla y escondió el equipo de lluvia a donde estaba originariamente debajo de la ventana y detrás del masetero.
Todo habia salido muy bien. ¡Que plan digno de un discípulo del súper embrio Star !
 Al otro día cuando se disponia a hacer  lo mismo, tuvo tanta mala suerte que cuando abrió la ventana para tomar las cosas, apoyado en el borde de la bañera,  trastabillo, cayendo de cabeza al patio y quedando todo patas para arriba.
Fue tanto el  bochinche que hizo, que  mama, la abuela, el perro y hasta el vecino de al lado salieron al patio para ver que es lo que estaba pasando, poniendo en evidencia  su ingenioso plan.
No solo tuvo que bañarse,  aguantar la reprimenda de mama y los magullones de la caída.  Lo peor de todo  fue el castigo de no poder ver por una semana completa, su programa favorito del súper embrio Star .

IV

Durante la semana que Juan estuvo castigado sin poder ver las aventuras de su súper héroe, no olvidaba las ultimas y memorables vacaciones cuando fueron de campamento a las montanas; papa, mama, la abuela y Poncho, su perro y amigo ovejero labrador .
¡Todo era tan divertido! Hacer la carpa, buscar leña para preparar el fogón de la noche, acompañar a papa a pescar y nadar en el lago junto a Poncho que lo seguía sin perderlo de vista ni un minuto.
 Allí si que no le importaba estar metido en el agua todo el día. Entraba y salía, salía y entraba sin parar.
-Pareces rana- decía mama . ¡ Es que el agua estaba tan calentita y linda!
Con su flotador inflable  se metía a donde no hacia pie, y Poncho lo acompañaba nadando a su lado, igual que papa o mama que lo tenían siempre a una distancia razonable.
Cuando se cansaba de nadar, se sentaba en la orilla a hacer  castillos de arena y piedras, echando agua en los pozos de alrededor del castillo con un baldecito que llenaba en el lago.
También jugaba a la paleta con la abuela en la misma playa.
¡Nunca hubiera pensado que la abuela era tan hábil en esta practica!Casi no le pudo ganar mas que una vez y eso por que a la abuela le dio un calambre en la pierna.
Pero lo mejor de todo… y la razón por lo que para Juan estas vacaciones fueron inolvidables, es que a la noche no se tenia que bañar ya que el campamento estaba en un lugar muy remoto donde no había duchas y allí nadie, pero nadie de nadie podía ni siquiera pensar en bañarse.
Todos se quejaban de esta incomodidad. Todos, menos Juan, quien estaba sumamente complacido.


 V

Llego Agosto, así como el día del cumpleaños de Juan.
Con el cumpleaños, el alboroto de la fiesta.
El patio, decorado con guirnaldas, lamparitas de colores y los infaltables  pósters del súper embrio Star.
Los tíos, las tías, las abuelas, los primos, papa y mama, nadie falto.
La torta que compro mama en la panadería de la esquina, también decorada con el muñequito del súper embrio Star .
Pizzas, papitas, bocaditos de queso y refrescos, suficientes para todos sus amiguitos que no paraban de correr por el patio y por toda la casa, persiguiéndose unos a otros.
Poncho, los corría ladrando,  sintiéndose un niño mas.

Llego la hora de abrir los regalos…
La camiseta y gorra del súper embrio Star
Un juego de ajedrez,  damas chinas y backgammon.
La  súper espada luminosa y magnetizada del súper embrio Star . ( A lo que todos los chicos hicieron un ah… cuando Juan abrió el paquete) Regalo de papa y mama.
Calzoncillos y calcetines (tenia que ser la abuela Carlota, pero como tenían el dibujito del súper embrio Star , Juan la perdono)
Un libro de historietas del súper embrio Star .
El pijama no del súper embrio Star , si no de Súper Robot Aquario II.
Un rompecabezas de Galáctica suprema.
El ultimo regalo lo trajo  tía Virginia. Una tía muy excéntrica y singular  por cierto, de aquellas que les gusta tirar las cartas de algo que se llama Tarot, los domingos por la tarde o encender unos palitos que largan humo con olor  llamados incienso.
Cuando Juan  rompió el papel de regalo, se encontró con un  frasco de espuma de baño con un dibujo  de algo que el no entendía mucho, escrito en un idioma que entendía menos. Lo dio vuelta y vio que al final de la etiqueta decía “made in India” ¡Vaya desilusión!
 La tía al ver su cara de sorpresa no muy grata, lo tomo por el hombro y le  dijo al oído: -no creas que esta espuma de baño es común y corriente. Esta espuma    esta hecha por un mago de la India que tiene poderes de alquimia extraordinarios .La espuma es mágica , cuando te bañes ya veras…
Ciertamente Juan quedo muy impresionado con esto de “la espuma mágica”  y “los poderes de  alquimia extraordinaria” del mago de la India.
De todas maneras, agarro su espada y siguió correteando entre sus primos y los amiguitos que aun quedaban en la fiesta.


VI

Cuando todos se fueron, y quedo solo en el cuarto con los regalos, se puso a ver en detalle cada una de las cosas que le habían regalado, hasta que reparo en la espuma de baño y recordando lo que la tía Virginia le había dicho, se armo de valentía y la llamo a mama para que lo ayudara a preparar el baño de espuma.
 Mama no tardo en preparar la bañera, poner el tapón en el desagüe, abrir la llave, y echar tantito del liquido bajo el chorro de agua calentita.
Al contacto con la presión fuerte del agua, no demoro en salir una espuma abundante y blanca.
 Juan se quedo solo en el baño y luego de sacarse toda la ropa, se metió en el agua.
Era muy agradable y olía muy bien. Recordaba esas películas donde los millonarios se bañan  en las bañeras con jacuzzi y burbujas.
 La espuma crecía y crecía. Mama golpeo la puerta y le dijo, -ya cierra la llave-
El hizo caso, quedando en completo silencio y escuchando el eco de las lentas gotas que salpicaban sobre la superficie del agua.
 ¿Donde esta lo mágico?- pensó Juan.
 No demoro mas de unos segundos cuando vio que una burbuja se levantaba del resto de las otras, levitando y creciendo en el aire. Adentro vio la cara de una mujer sonriente de ojos muy grandes y negros, con una piedra roja entremedio de los ojos y un manto de seda rosa.
 Otra burbuja se levantaba de la misma manera, esta vez un anciano de tupida y larga barba blanca lo miraba.  Estaba vestido de blanco y llevaba un turbante muy alto en su cabeza.
Y así una tras otra, las burbujas fueron saliendo del agua tras el incrédulo asombro de Juan.
Ejércitos de guerreros con espadas anchas y brillantes, turbantes rojos, pantalones amplios y zapatos puntiagudos luchando contra otros guerreros de turbantes negros y espadas plateadas.
Bailarinas con aros en la nariz, tatuajes en las manos y  ricas joyas, danzando en esplendidos palacios de cúpulas redondas entre alfombras y tapices.
Camellos y elefantes decorados con cadenas de oro y campanas de esmeraldas llevando a princesas y príncipes en tronos rojos y dorados.
¡Juan no podía creer todo lo que veia!
 Hasta que mama golpeo la puerta… -Juan, ya sal y vístete que es tarde-
Como por obra de magia todas las burbujas se pincharon en el aire, rompiendo el encantamiento creado.
Juan se vistió con los calzoncillos  y calcetines  del súper embrio Star que le regalo la abuela Carlota y el pijama de Súper Robot Acuario II que se lo regalo un amigo, fanático de ese personaje sin lugar a dudas.
Toda la noche se paso soñando Juan con las cosas maravillosas que había visto dentro de la espuma de baño que le regalo la tía Virginia.
No podía esperar al otro día para bañarse de nuevo.
Y al otro día, y al otro día y al otro y al otro…
Cada día imágenes, paisajes, faquires, garúes, tigres, elefantes, palacios y  todo tipo de cosas maravillosas y diferentes aparecían en las burbujas ante el asombro de Juan. No habiendo dos burbujas iguales.
La mama no podía creer como se había producido ese cambio prodigioso en el comportamiento del niño. Hasta que Juan le contó de los poderes mágicos de las burbujas, allí la mama comprendió todo.

VII

Pasados los días, Juan comenzó a preocuparse un poco al ver que la botella de espuma estaba casi terminada.
Llamaron a tía Virginia para preguntarle en donde había conseguido esta prodigiosa espuma de baño, ya que el frasco estaba casi vacío.
Tía Virginia los  tranquilizo  cuando les dijo que la espuma era tan mágica, pero tan mágica, que solo bastaba poner una gota del frasco original en una botella nueva, no importando el origen o la marca, para que esta fuera igual de mágica a la anterior..
Ya mas tranquilo, Juan y mama fueron a la farmacia a comprar otra espuma.
Esta vez Juan eligió del escaparate la espuma de baño del súper embrio Star.
Esa noche a la hora del baño, tan solo quedaba poquito, muy poquito del liquido hecho por el mago y Juan lo vertió  en el nuevo frasco comprado en la farmacia.
Al aparecer las burbujas levitando en el aire, Juan vio como el súper embrio Star danzaba entre las bailarinas hindúes,  caminaba sobre vidrios junto a los faquires y  peleaba con los guerreros de turbantes rojos , pantalones  amplios y zapatos puntiagudos con la súper espada luminosa y magnetizada .

lunes, 30 de mayo de 2011

Algo hay en la sandia...

I

 

SOY UN INCREDULO



Yo, Javi, que me considero un niño bastante descreído y practico, me paso algo que muchos no van a creer.

Yo, justo yo, al que nunca le han podido asustar los mayores con esa historia del viejo de la bolsa o el “cuco que te come” como me quería asustar mi abuela para que no le fuera a sacar las manzanas al vecino del fondo .

O esa historia de que los niños vienen de un repollo , y hasta peor aun…¡ que los trae la cigüeña de Paris!!!

¿Que es eso? ¿Creen que uno es tonto que se va a creer semejante rollo ?

¿Acaso las señoras con una panza gigante y desmedida que están en la sala de espera del doctor cuando la acompaño a mi mama al ginecoloco (creo se dice así) se tragaron las sandias del mercado?

Digan que mi mama es mas moderna y no me vino con ese cuentito de la cigüeña, pero ella me dijo que mi abuela se lo quería hacer creer.

Lo de Papa Noel y los reyes magos me llevo un tiempito de incertidumbre y duda hasta descubrir la verdad, aunque no he de negar que en el tiempo que creía ciegamente en ellos lo pase muy ilusionado.

El descubrimiento de la triste realidad fue un sabor amargo que me duro algunos días superar.

Es que en definitiva no podía seguir engañado toda una vida. Tarde o temprano me enteraría que eran mis papas los que traían los regalos la noche de navidad.

Y lo del ratón Perez…que si se te cae un diente y lo pones bajo la almohada, al otro día encontraras bajo la misma las monedas que el Ratón Pérez te trajo a cambio de tu diente .

Primero que hoy día con monedas no haces nada, pero suponiendo que te dejan un billete, ¿donde viste un Ratón millonario? ¿Quien se lo va a creer?

Un día hice la prueba sacándole a mi abuelo la dentadura postiza que deja en un vaso junto a la cama cuando se va a dormir . Lo puse bajo mi almohada y me dormí pensando la de billetes que agarraría de una sola vez ( era un paladar entero con dientes y muelas) Al otro día me desperté escuchando los gritos del abuelo preguntando por su prótesis dental . Toque bajo la almohada y allí seguía su dentadura postiza enterita.

Del ratón ni noticias y yo quede castigado mirando la pared por dos horas y sin postre después de la cena.

Nunca mas creí en ese ratón discriminador de dientes.

Duendes, brujas, y hadas. Estrellas fugaces y deseos… esas historias se las dejaba a mis primas que son unas niñas tontas.

Hasta que déjenme decirles lo que me paso….


II

MI FRUTA FAVORITA



Tomando el hilo de mi increíble historia, comenzare diciéndoles que mi fruta favorita es la sandia.

En el verano puedo acabarme una a la semana yo solito.

Cuando vamos al mercado, mama me manda a la sección de las sandias para que me elija la que mas me gusta mientras ella hace el resto de las compras.

Así fue que descubrí , observando a la gente, una costumbre muy chistosa que tienen la mayoría de las personas, que consiste en dar pequeños golpecitos sobre la superficie de las sandias.

Y uno se pregunta ¿para que? si suenan todas iguales.

Hay quienes dicen que las que están buenas tienen un sonido especial cuando se las golpea, así como cuando llamas a una puerta. Una especie de sonido hueco.

Siguiendo esta técnica me ha pasado de llevarme a casa la del sonido mas pum pum y al abrirla encontrarme con la desagradable sorpresa de un sabor desabrido e insípido o lo peor de todo “la sandia babosa” como yo le digo. ¡Que asco!

Todos se creen expertos en el sonido del pum pum (como que fuera un instrumento musical) Pero al cabo nadie sabe cual es “la sandia perfecta” ; aquel que te dice “estoy lista para que me coman”

Pero allí va uno como menso y golpea…no una, dos, tres, cuatro y hasta mas veces, sin llegar a una conclusión certera. Eligiendo no por el sonido, si no por el tamaño o por la que te cayo mas simpática.

Así estaba yo aquel día, golpeando a una, luego a otra y luego a otra, hasta que saque una de mas abajo que al golpearla, me pareció escuchar desde adentro una vos que preguntaba ¿quien llama? Espantándome tantito.

Al cabo de un momento pensé -me habrá parecido- y probé de nuevo.

Pum, pum…Y otra vez escuche ¿quien llama? . Había mucha gente alrededor.

-Algún gracioso esta jugando conmigo- supuse, y para no darle el gusto, tome la sandia y fui donde estaba mama para seguir haciendo las compras.

Era una tarde de verano y hacia mucho calor.

Tenia muchas ganas de comerme mi sandia tranquilo, así que agarre el cuchillo y me fui con la sandia a la casa del árbol del fondo.

La puse en el piso y cuando estaba a punto de cortarla… y esto es lo que no me van a poder creer… La sandia comenzó a moverse de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.

Yo me asuste un poquito apartándome de la sandia. Pasaron pocos segundos cuando la sandia se empezó a rajar solita, abriéndose en dos partes iguales cayendo una mitad para cada lado. Dejando salir de adentro un pequeño personaje que vestía un sombrero de sandia tipo Napoleón Bonaparte, camiseta roja con lunares negros, pantalón bombachudo hasta las rodillas a rayas verde claro y verde oscuro. Como zapatos llevaba una sandia en cada pie no mas grande que una aceituna. Su carita y su piel era como la de un muñequito de goma rosado. Muy armonioso y simpático sin lugar a dudas.

Yo refregué mis ojos no dando crédito a lo que estaba viendo. El personaje se quedo mirándome así como yo a el, hasta que atine a preguntarle -¿y tu quien eres? ¿El duende de la sandia?-

El un poco ofuscado por mi pregunta me dijo en una vos algo grave en relación a su pequeño tamaño -Esa manía que tiene la gente de llamarme duende. Yo no soy un duende soy un genio. El genio Perico-

- A perdón, genio Perico, no fue mi intención el importunarte, me llamo Javi -

Y así en seco, me interrumpió diciendo:

- Ni se te vaya a ocurrir pedirme ningún deseo que los tengo todos ocupados. Soy un genio en desgracia-

- Es que ni se me hubiera ocurrido pedirte nada, me agarras tan de sorpresa que no se ni que pensar. Yo pensé que los genios no existían…-



El mal genio del Genio Perico continuaba en ascenso. Caminaba dando tres pasitos ligeritos a la izquierda y tres pasitos ligeritos a la derecha con los brazos cruzados sobre el pecho y el entrecejo fruncido.

-¿Eres tu el que golpeaba la parte de afuera de la sandia hace como una hora atrás?-

-Si.

-¿Y por que?

-Para saber si la sandia estaba lista para ser comida

-¿Y quien te dijo que golpeando la sandia sabrías si esta lista para ser comida? -¡Terrible susto que me lleve al oír esos golpes allí afuera!-

-Perdona, son costumbres que tenemos las personas. Escucha no estés enojado conmigo. ¿Como te puedo ayudar?-

Esta pregunta obro como magia en su actitud, la cual cambio radicalmente.

De repente se relajo, dejo de caminar, se quedo mirándome y esbozó una sonrisa que me devolvió la calma.

-Nunca nadie me había ofrecido ayuda ¿sabes?. Todos piden y piden deseos en cuanto saben que soy un Genio pero no quieren dar nada a cambio. Y esta vez voy a aceptar tu ayuda por que verdaderamente la necesito.

Y para ello te voy a contar mi historia…

III

LA HISTORIA DEL GENIO PERICO


Yo vengo de una familia de genios de jardines y bosques, no voy a negarte que soy primo de algún que otro duende y alguna que otra hada. La diferencia es que las hadas y los duendes no pueden otorgar deseos; en cambio nosotros los Genios, si.

Siempre habite en el interior de las sandias, de allí mi indumentaria.

Era muy joven aun, cuando dos niños me encontraron en el huerto de la casa donde vivían, llevándome a su casa, así como lo hiciste tu, con la diferencia de que tu me compraste en el mercado.

Así como tu también hiciste, golpearon sobre la superficie dura de la sandia, dándome cuenta que había llegado mi hora para ejercer la profesión de genio.

Al salir de la sandia, los niños quedaron tan sorprendidos como yo mismo, dado que eran hermanos gemelos. Igualitos, igualitos.

Cuando les dije que era genio, (también me confundieron con un duende) uno no paraba de preguntarme cuantos deseos le concedería, queriéndome encerrar dentro de un frasco sucio de vidrio para que no me escapara.

Parece que una semana atrás habían leído el cuento de Aladino y la lámpara maravillosa y tenia muy en claro la funciones y obligaciones de los genios.

El otro de los niños mas callado y pensativo, trataba de calmar a su hermano pidiéndole que me dejara tranquilo, que no me metiera en el frasco y que me dejara hablar.

Como los que me sacaron de la sandia eran dos, y yo tengo la obligación por el código 18323 de los Genios de otorgar 3 deseos por persona, en este caso 3 deseos serian otorgados a uno primero y tres al otro mas tarde. Quedando libre el día que terminara de cumplir el ultimo deseo.

El hermano que me quería encerrar se llamaba Tino y era muy ambicioso, manipulador y malo, siendo el otro, Paco, buena gente, generoso y considerado.

Tino desde ya fue el primero en formular sus deseos, convenciendo a Paco que tendría que esperar por su turno.

Paco era tan generoso que no le importo. Sin saber que la ambición y la especulación de Tino le llevarían años entre deseo y deseo.

El primer deseo de Tino fue tener el sótano de la casa, que era el espacio mas grande que tenían, abarrotado de juguetes.

Y así fue concedido su deseo.

Tino pasaba horas en el sótano jugando a los autitos de carreras, construía castillos con los bloques mas sofisticados, tenia espadas, disfraces, tiro al blanco con arco flecha y dardos, carrera de caballos, robots de lata, muñecos a cuerda, juegos completos de magia, soldados e indios, patines, patinetas, bicicleta, pelotas para todos los deportes… en fin todo lo que un niño de esa edad podía querer en esta vida. (En aquella época no existían los video juegos ni nada parecido a las cosas que los niños pueden desear hoy en día)

Lo notable era que no dejaba que Paco se acercara al sótano para compartir con el los juguetes.

Muy de vez en cuando lo llamaba por que quería jugar ajedrez, damas o algún otro juego de mesa o pelota que se hace imposible o aburridísimo jugar solo, con la clara prevención de que seria el, exclusivamente el ganador.

Así paso el tiempo siendo tantos los juguetes que Tino paso toda su infancia y parte de su adolescencia entretenido jugando sin pensar que tanto yo, el Genio , como Paco su hermano, estábamos encadenados a sus caprichos y deseos.

Los padres de los gemelos también estaban como adormecidos bajo la influencia dominadora de Tino, por eso no decían ni hacían nada mas que lo que el quería.

Un día cansado y hastiado de todos los juguetes, Tino se ocupo vendiendo todo. Hizo mucho dinero por que todos aquellos juguetes eran extraños y nadie los tenia. Puso avisos en los periódicos anunciando la gran venta.

No se como le hacia, pero la gente llegaba desde los cuatro puntos cardinales, hasta llevarse la ultima canica que Tino vendió al precio mas alto del mercado.

El sótano quedo vacío y para entonces sus padres ya no vivían siendo Paco el que se ocupaba de cuidar la casa.

Un día Tino, se encerró una semana en su cuarto pensando cual seria su próximo deseo.

Cuando estuvo listo tan solo su pensamiento me trajo a donde el estaba.

Su ambición había crecido y lo que quería ahora era poseer todas las tierras con todo lo que traían incluidas (casas, establos, camiones, animales) de todas las granjas de alrededor de su huerta de sandias, no importando la suerte o la historia de las personas que allí habían vivido por años.

Yo estaba a su merced y no podía safar de su voluntad siniestra hasta terminar con el tercer deseo, así que me vi en la obligación de cumplir su malvada voluntad.

Al momento aparecieron los títulos de propiedad a su nombre de todas las granjas de sandias de los alrededores de la huerta de Tino sobre el escritorio.

La gente que vivió feliz allí por años, no tuvo mas remedio que marcharse a tristes ciudades grises.

Los próximos años Tino los ocupo en monopolizar las sandias de la región, haciendo grandes negocios nacionales e internacionales vendiendo las sandias a precios muy altos; pagándole a la gente que para el trabajaba precios muy bajos. De esta manera su dinero crecía y crecía.

Pasado cierto tiempo, Tino volvió a traerme con el pensamiento para que le cumpliera su ultimo deseo. Sentí cierto alivio al pensar que este seria el ultimo , pero lejos de eso, al estar frente a el, nuevamente tuve la certeza de que no me libraría tan fácilmente de aquel indeseable.

Lo vi mas egoísta y despiadado que nunca en particular al saber la naturaleza de su ultimo deseo…

-Mi voluntad es tener el turno de Paco al pedir mi próximo deseo- dijo fríamente.

Yo nada podía hacer, otra vez estaba a la merced de aquella persona calculadora y caprichosa que me tenia encadenado desde hacia años.



Al ya saberse dueño de aquel deseo lo formulo inmediatamente, el cual no dejo de ser tan egoísta y despiadado como el anterior.

-Quiero que Paco quede encerrado en el sótano de la casa-

-¡Pero que tipo jodido y malvado! ¿Qué le molestaba el pobre de su hermano Paco, que nada dice ni hace mas que cuidar de la casa? -pensé-

Pero así es Tino de malo…ejerciendo además un poder abrumador sobre la voluntad de las personas.



Paco, como por arte de magia fue encerrado en el sótano de la casa, donde otrora habían estado los juguetes.



Siendo este ahora un lugar húmedo, desolado y oscuro.

Taciturno y desconsolado ante tanta injusticia y maldad nada puede hacer.

Ni siquiera se le ocurre pensar en mi para pedir su deseo y cambiar su suerte.

Mientras el no lo desee yo no lo puedo ayudar.

Así que una vez cumplido el deseo de Tino, triste y frustrado, desaparecí de la casa, regresando a la primer sandia que encontré en la huerta.

No se cuanto tiempo paso pero seguramente cosecharon la sandia donde estaba, juntándola con muchas otras, transportándola mas tarde al mercado donde la compraste.

-¡Que historia dramática y terrible!, Genio Perico, ¿ que es lo que vas a hacer ahora?- replique-

- Bueno, como me ofreciste tu ayuda… tendríamos que pensar en algo para sacar al bueno de Paco del sótano, que formule su tercer deseo, y así yo también quedar libre, ya que si no siempre estaré encadenado a el.

Por el código 35678 de los genios, luego de formular el ultimo deseo quedo de vacaciones por los próximos 25 años hasta que alguien mas me encuentre y tenga que trabajar cumpliendo los deseos nuevamente. Con suerte el próximo que me encuentre sea uno solo, y no se demore tantos años en pedir lo que quiera…

-¿Tienes alguna sugerencia o idea?-

-¿Dónde esta la casa de Tino y Paco? Tendríamos que ir allí para liberar a Paco. ¿ No podemos usar tus poderes mágicos para eso?-

- Pues no, yo no tengo poderes mágicos. La magia se usa exclusivamente para los deseos del consumidor.

Esta casa queda en las afueras de la ciudad, ruta 79, Km. 109 rumbo Nor-Oeste cerca de la Laguna de los Cóndores.-

- Eso es muy lejos…pero…¡Ya se lo que podemos hacer!-

Tengo un primo que se llama Vicente.

-¡Es un tipo a todo dar! Tiene un Ford Mustang 70’ que rescato de la chatarra por que estudia mecanica. Si yo le pido que nos ayude lo hará.

IV


RUTA 79, KM 109 RUMBO NOR- OESTE



Llame a mi primo, quien en un principio se rió de mi, cuando le conté lo que estaba pasando. -y no lo culpo-

-¿Quien me creería si le digo que me encontré un genio dentro de una sandia? Y mas si es un genio en desgracia que me esta pidiendo que lo lleve a la casa de un desgraciado que vive cerca de la Laguna de los Cóndores.

Tuve que caminar las tres cuadras que distan hasta la casa de mi primo con el genio metido en la mochila a la espalda.

Cuando Vicente lo vio, abrió la boca de la sorpresa.

En un principio pensó que era un muñequito que me habían regalado (¿yo, Javi jugando con muñequitos? ¡ Por favor!)

Pero en cuanto Perico le empezó a hablar y a mostrar su mal genio de genio, Vicente se despabilo cayendo en la cuenta de que lo que le había dicho era verdad.

Y tal como le explique a Perico, mi primo fue el primero en querer participar en el rescate de Paco.

Le avise a mama que pasaría la noche en casa de Vicente, al cabo estaba de vacaciones y no tenia que ir a la escuela.

Temprano, la mañana nos encontró ya en la ruta 79.

Nos llevo casi tres horas llegar a la quinta de las sandias de Tino.

Por el camino el genio Perico puso en antecedentes de todo lo sucedido a mi primo, así como lo alerto de todas las artimañas de que era capaz.

Pensamos en mas de cien planes para salvar a Paco. Finalmente nos pusimos de acuerdo en uno.

Vicente nos dejo a Perico y a mi en las afueras de la entrada de la hacienda de Tino.

El siguió con el Mustang hasta la puerta de la casa. Seguro y desenvuelto golpeo con toda naturalidad, presentándose como periodista de un importante periódico local.

La misión de Vicente era distraer a Tino y con la historia del periodista y la nota, exploto el gran ego de Tino haciéndole preguntas al “Gran empresario de las sandias” poniendo en evidencia sus grandes aciertos y aseverando sus grandes cualidades empresariales.

Como se imaginaran Tino, estaba muy ensimismado hablando de el mismo, de su inteligencia y perspicacia en los negocios.

Mientras tanto, Perico y yo fuimos escondiéndonos entre los árboles hasta llegar a la parte de atrás de la casa.

Por una ventana de vidrios sucios y empañados a la altura del piso, vimos al viejo Paco sentado en una silla del sótano.

Por una ranura de la ventilación nos metimos hasta llegar donde Paco.

-Oye Paco, soy yo. El genio Perico, y este es mi amigo Javi. - Aquí vinimos a rescatarte de este lugar horrible y de la influencia de Tino.

En ese momento se prendieron reflectores y una alarma chillona y delatora comenzó a sonar con todas sus fuerzas.

Escuchamos gente correr a donde nosotros estábamos, y a Tino gritando “Intrusos en la casa”

Perico miro fijamente a Paco a quien se lo veía triste y desanimado, diciéndole

- Paco, formula tu deseo inmediatamente que allí viene Tino. Esta es tu última oportunidad.-

-¿ Quieres que lo mande a una Isla en el medio del mar? -

-¿ Quieres que lo envíe a un lugar remoto en la cumbre de una montaña muy alta?-

Paco miro a Perico con ojos de ilusión, como si un nuevo aire le hubiera traído claridad en su pensamiento.

Y con gran serenidad dijo - quiero que mi hermano sea una persona buena y justa-

En ese mismo momento Tino llegaba a la puerta del recinto donde nos encontrábamos jadeante y sudado. Hubo un gran silencio en el ambiente.

Ambos hermanos se miraron brotando gruesas lagrimas de sus ojos, corrieron a abrasarse, emocionados y sin poder hablar.

Tino repetía un perdón tras otro Y Paco no paraba de decirle “hermano“.

Pasado un rato , ya recuperados salimos del sótano al huerto de las sandias.

Entre la brisa del viento , los árboles que bordeaban el contorno y el brillante sol que hacia ver a las sandias mas verdes. Paco dijo que estaba listo para su ultimo deseo.

-Quiero que regresen todos nuestros vecinos, para compartir con ellos los huertos de sandias-

Inmediatamente, familias comenzaron a entrar por todos los portones, hombres, mujeres, ancianos y niños se veían muy felices bajo el sol caminando entre las sandias riendo, y hablando amenamente, dándole apretón de manos a Paco y Tino que también sonreían y se abrazaban fraternalmente.


-Misión cumplida , genio Perico - le dije dándole un apretón a su manita del tamaño de un garbanzo.

-¿Listo para tus vacaciones de 25 años?-

- Si, ya lo creo… estoy muy necesitado de vacaciones.-

- Gracias, por tu ayuda y la de Vicente , si no hubiera sido por ustedes nunca hubiera podido acabar mi trabajo. Hasta pronto amigos-

Y sin decir mas salto y salio corriendo entre las plantas de sandias que se perdían en el horizonte.



Lamento que el Genio Perico no me haya podido otorgar un deseo por el codigo de reglas que rige a los genios, pero de haber podido pedir un deseo hubiera querido que Papa Noel, los reyes magos y el ratón Pérez existieran.

lunes, 3 de enero de 2011

Manuela, Desnuda

Era Manuela una mujer casi común. 
Ni muy gorda ni muy flaca, ni muy bonita ni muy fea, ni muy joven ni muy vieja . 
Nada llamaría la atención de ella al pasar a su lado, con excepción de su mejor virtud y su peor defecto, según lo quiera ver cada uno.  Lo que sucede es que  era Manuela una mujer desnuda. Así como les digo, Manuela era una nudista  empedernidamente nata de pies a cabeza.
Su nudismo lo vestía en su propia casa. Nada necesitaba, vivía sola y así era feliz.
Aunque en varias ocasiones esto le provocó ciertos inconvenientes y contrariedades.  Básicamente  los problemas comenzaban en la puerta de calle cada vez que alguien llamaba. 
Ella atendía muy naturalmente, pero en este sencillo acto, olvidaba lo que el común de la gente le hacia recordar y aunque todos bajo la ropa somos esencialmente iguales, nadie le perdonaba el hecho de que ella fuera distinta mostrando algo tan simple como su propia  anatomía.  Sabido es que la  sociedadno perdona a los que se salen de los moldes.  
Paso aquel día, cuando a Doña Zulma, la vecina de al lado se le había terminado el azúcar y le fue a pedir una taza a Manuela. Al verla, dejo caer la taza al suelo estrepitosamente, haciéndola añicos contra el duro mosaico de la entrada. 
Con su cara de disgusto y sorpresa, abrió la boca para vociferar un insulto:¡degenerada!.
Luego salio rápidamente en dirección a su casa hablando por lo bajo y dejando a Manuela contrariada.
Trayendo escoba y pala, Manuela, tuvo que limpiar la loza rota y desparramada que amenazaban con lastimar sus pies descalzos .
Por que si la vecina podía lucir con tanto desparpajo esos horrorosos ruleros y espantosa bata, ella no podía vestir únicamente esa piel tan suave que Dios le había dado, así como sus lunares, su ombligo redondo, sus pechos pequeños, sus codos ásperos o su bello púbico. 
En otra ocasión aconteció cuando la compañía de gas tuvo que hacer una revisión de los caños de la vecindad debido a una perdida sin resolver y un empleado de la compañía toco a su puerta.
Cuando ella atendió, al hombre taciturno y aburrido se le salieron los ojos de las orbitas al verla; sin poder decir palabra ni sacarle los ojos de encima a Manuela. 
Tuvo ella que preguntarle dos veces que quería, para que éste, experimentando un cambio radical  de actitud, sensual y lacivo le dijera: ”mamita, yo que venía a mirar los caños ahora miraré otras cosas…” 
Y cuando el tipo amago a dar un paso al interior de la casa para tocarla, ella con rápido reflejo le dio un portazo en la cara, apoyando luego su espalda contra la puerta. Se sintió acosada y con aquella desagradable sensación, mezcla de asco y enojo. 
En poco tiempo la habían tomado de degenerada y de puta. ¡Esto era inconcebible! Ella no se lo merecía. Tampoco había hecho nada para que la tratasen así, mas que ser ella misma.
¿Acaso se censuraba a los gatos , vestidos en su suave pelambre maullando en las noches de luna por los tejados?.  O las palomas,  vestidas en sus plumas grises, comiendo las migajas en la plaza.

Una mañana quiso salir y recordó que sobre el ropero, donde guardaba sus recuerdos familiares tenia una valija con algo de ropa. 


Se vistió sintiéndose como un astronauta dentro de su traje espacial. Se sentía ridícula e incómoda. 
Los pies se le freían dentro de los zapatos, la cabeza le daba vueltas, los ruidos y la gente la fastidiaban.
¿Como podría ser fiel a ella sin estar en contra del mundo que la rodeaba?
De regreso en su casa, luego del corto paseo, se desvistió rápidamente. La piel le picaba y tenia ampollas en los talones. 
No le faltaron las ganas de tirar la ropa y los zapatos por la ventana.
Como en bandada, llegaron a su pensamiento los mortificantes momentos  vividos junto a la vecina y al empleado publico humillándola, mezclado con la azarosa actividad de gente hipócrita, vestida en grises atuendos que iba y venia por las calles de la ciudad. Todos estaban allí, del otro lado de su puerta, amenazantes, acechándola ante el menor intento de salir así como ella era, Manuela desnuda. 
Para cambiar su humor, tomó de la biblioteca la enciclopedia con las imágenes de sus personajes favoritos:
Lady Godiva con su largo y hermoso cabello, montando un brioso caballo negro. 
La maja desnuda de Goya,  cómodamente recostada en su sofá. 
La madre Eva y el padre Adán sacando las manzanas de los árboles del paraíso. 
El escultural y varonil David de Miguel Ángel no dejaba de fascinarla y hacerla soñar. 
Una madrugada, sin saber bien la hora, despertó,  hacia calor y no podía dormir. 
Los ruidos de la calle habían enmudecido, y fue así que sintiéndose segura en el abrigo de la oscuridad y del silencio decidió salir a tomar el aire fresco de la noche.
Vestida en su piel, traspaso la puerta, protegida por las sombras, rodeada por el aroma de jazmines y azahares de los jardines. 
Dando vuelta en una esquina acompañada por el maullido de los gatos , un inoportuno rayo de luna la iluminó repentinamente y un fiero perro salió a su encuentro mostrando sus dientes amenazadores. Aquel fue el final de su   tranquilo paseo.
Dio media vuelta y hecho a correr sobre sus pasos.
Una sirena escandalosa comenzó a chillar tras ella junto a multicolores luces que la perseguían, había ventanas que se abrían y cerraban , gente que le chiflaba y señalaba con el dedo.
Corría y corría desesperadamente. El corazón parecía salírsele del pecho. El aire le faltaba. Miraba atrás cada segundo para estar segura que ni el perro, ni la sirena, ni las luces o la gente la alcanzaban.
Junto a una oscura ligustrina una mano firme y fría la jaló al interior haciéndola desaparecer de la amenazante calle. 
Ya no experimentó mas el miedo y su respiración se normalizó inmediatamente. Una espontánea paz la embargó. Tranquila, pero sin saber donde estaba se sintió como en casa. 
Todos los miércoles por la mañana el grupo de jubilados de la zona se reúne en el Parque Municipal para jugar su partido de ajedrez semanal.
Fue Don Vicente quien señaló a sus compañeros algo que le llamo mucho la atención.
En el solar central del parque sobre la habitual tarima de mármol blanco la solitaria estatua del hombre desnudo, ya no estaba sola, de su mano otra estatua, igualmente desnuda lo acompañaba. Era una joven de apacibles y felices rasgos. 
 ¡ Que hermosa estatua!,   dijeron los viejos al unísono.