domingo, 24 de junio de 2012

CUANDO...

Hoy me levanté muy temprano, venciendo éste derroche de ansiedad que traigo desde hace una semana atrás. Me he bañado, cambiado y probado como seis veces la ropa,   mientras  gesticulaba frente al espejo un monólogo que aprendí en la clase de teatro de la escuela. Salgo de casa a tomar el micro que me lleva al centro.
Hoy es mi primer casting en el canal  KCQT TV, para el papel de “Marcela” en la novela con mayor rating de la tarde “ Sueño de amor”
Tomo el micro atestado de gente ensimismada, triste y enajenada. Seguramente cuando sea estrella de la TV todos me miraran, reconocerán y me pedirán autógrafos. 
Cuando sea famosa, tan solo al verme, se olvidaran de sus vidas grises y mediocres  y estarán impacientes de encender la TV a las 4 de la tarde para suspirar con “sueños de amor“.
Cuando salga todos los días por la TV, mi tía Pancha irá a la peluquería a que le tiñan  su pelo de rubio platinado, y como quien no quiere la cosa abrirá una revista justo donde estará una nota mía y se pavoneará diciendo que Jessica Margot ( mi nombre artístico) es su sobrina.
Cuando sea la protagonista de la telenovela haré tanto pero tanto dinero que le compraré a mis padres una casa en lo alto de la loma, allí donde vive la gente pudiente.
Cuando vivamos en esa casa tan lujosa, tendremos un garaje grande, pero tan grande  que compraré 4 autos, uno para papá, otro para mamá, un formula uno para Quique y uno rojo  deportivo para mi.
Cuando esté trabajando  en el canal, seguramente un productor que haya visto y valorado mi alto nivel interpretativo y belleza nata, me pedirá que trabaje en su película. Cuando firme el contrato de la  película viajaré a Hollywood, California para hacer allí parte del rodaje.
Cuando esté en Hollywood conoceré a muchos actores internacionales famosos que al verme querrán trabajar conmigo.
Cuando esté haciendo el papel protagónico de la tercer película en Hollywood, un actor guapísimo se enamorará de mi y le pediré que me lleve en su auto descapotable de compras por Rodeo Drive.
Cuando vaya de compras, tendré una perrita chihuahua como mascota que la llamaré Gigi, y toda la gente me parará por la calle y querrá sacarse fotos conmigo.
Aviso al chofer del micro que pare en la próxima bajada. Aprovecho a sentarme en una banca del parque, antes de llegar al canal para cambiarme los zapatos y ponerme éstos otros altos de plataforma que me hacen tan esbelta y elegante, ¡pero cómo me hacen doler!.
Voy llegando al canal,  y veo una muchedumbre de aspirantes al papel protagonico que forman una línea  de no menos de dos cuadras.
Cuando… ¿Cuándo?
 



sábado, 16 de junio de 2012

RECICLAJE

 




RECICLAJE
En parte, todo comenzó la tarde de otoño que encontré las puertas recostadas contra un árbol. Me pareció una magnifica puerta de madera. Al verla decidí dar una vuelta a la manzana para volver a pasar y parar, comprobando que no era solo una, si no eran 3 las espléndidas puertas. No podía creer que alguien estuviera tirando semejante cosa. Decidí golpear en la casa perteneciente a aquel espacio y el dueño me corroboró que podía llevármelas, que ellos ya no las necesitaban más.
Gracias a que en ese tiempo manejaba una camioneta, como pude, logré meter las pesadas puertas en la parte de atrás y traerlas a casa, imaginando y soñando por el camino que haría con ellas. 
Pasó un año hasta ver mi sueño logrado. Mi esposo construyó una pared donde las instaló convirtiéndolas en un maravilloso portón que da a la calle, siendo la curiosidad del barrio, dándole a la casa un toque que la hace única entre todas las demás.
No fueron aquellas las últimas que encontré,  reconozco haber tenido suerte y haberme cruzado con la puerta debida en la calle y la hora precisa.
Puertas que hoy son parte de diferentes habitaciones de la casa.
Así como encontré puertas di con muchas más cosas, que hoy en día forman parte de nuestro espacio cotidiano. Amigos que trajeron muebles de otras casas o adquisiciones del Good Will, garages sales o el Craig list.
No solo a mí se me ha dado por colectar estos tesoros urbanos a mis hijas y hasta a algunos amigos también.
Objetos con potencial, que con imaginación, maña, dedicación, habilidad y cariño se vuelven piezas únicas con alma e historia, despertando actual asombro en algo que alguien decidió descartar por considerarlo innecesario.
Charlando con mi cuñada por teléfono un día, y explicándole con todo orgullo las cosas maravillosas que había encontrado y restaurado, le comenté que para mi ésta acción se llama “reciclar” a lo cual ella me respondió “esto aquí (en Argentina) se llama cartonear” y las dos nos echamos a reír.
El reciclar, es el opuesto al consumismo y por consecuencia la caducidad de las cosas que la sociedad actual nos quiere imponer. ¿Como puede ser posible que te tengas que comprar una plancha nueva solamente por que la que tienes se le rompió el enchufe?
El hecho de que lo viejo ya no sirve es un invento para que compremos más, como si el poseer objetos nuevos fuera una fuente interminable de felicidad. Esta necesidad inventada para consumir, obran como un mensaje subliminal en la mente que repite como un mantra “compra, compra, compra” no importa que. 
Así están la mayoría de los garajes americanos hacinados de objetos que la gente guarda por años y años ocupando lugar y deudas en las tarjetas de crédito de sus poseedores.
Cuanto mas grande el espacio mas cosas se tienen. 
Mi tía siempre decía: "para que quieres muchos pares de zapatos si tan solo tienes un par de pies".
Por otro lado me encanta el dicho que dice: “agua que no has de beber déjala correr” ya que para lo que a uno no le sirve a otro le puede resultar imprescindible. 
Y ni hablemos de la contaminación causada a consecuencia de todo lo que se tira formando largas extensiones apiladas de basura.
Siempre recuerdo una curiosa anécdota que experimentó un conocido, anticuario y coleccionista de antigüedades
El es un asiduo cliente del Saint Vincent of Paul, cerca del Down Town de Los Angeles, un lugar que vende cosas viejas que la gente dona.
Hace años, en una de sus visitas, encontró revolviendo entre cuadros viejos del local, uno que le llamó la atención. No precisamente por lindo, más bien era de esos cuadros que uno NO quiere tener en el living de su casa. Una obra al óleo que calculó seria de los años 60’ o 70’ la cual llevaba en la parte de atrás un sello de una galería de arte. El tener cierto conocimiento sobre antigüedades, lo del sello lo consideró una señal importante y no dudó en gastarse los $ 25.00 dólares que pedían por el horroroso cuadro.
Luego de una investigación sobre la pintura y el autor llegó a la conclusión que lo que tenia en sus manos era una valiosa obra de un artista de los años 60’. Terminó el cuadro vendiéndose en una subasta en el Christie’s de Londres, dejándole a esta persona en el bolsillo la cantidad nada despreciable de $ 90.000 dólares.
Te invito a agudizar tu visión, y encontrar el potencial en los objetos que otro deshecha y convertirte en un “recolector de tesoros urbanos” cuando las circunstancias te lo permitan.