Un imaginado pastel con 100 velitas un pretendido soplo que las apaga.
Un entonado cumpleaños feliz que corre silencioso por mi pensamiento.
Un beso que pasa de mi boca a mi mano y de mi mano al retrato de un niño que me mira con carita triste sobre el escritorio. ¡Papá!
100 años desde tu nacimiento un probable frío día de mayo, allá por el año 1913 en aquella casa del barrio de Barracas, cerca del puente Almirante Brown. Techos altos, ropa tendida en el patio. Casona cercada de conventillos llenos de inmigrantes nadando en un Buenos Aires de promesas.
¿ Que sueños soñaste? Nunca me contaste.
¿ En donde quedó tu caña de pescar? Seguramente quieta y aburrida se cansó de esperarte en un rincón del verano .
Y tus pipas… ya perdieron el olor a tabaco y nicotina, guardadas en un armario, más siguen siendo tuyas.
Tu vida sobria y medida. Tu ejemplo nos marcó.
Hoy te honro, te aprecio, te amo y te recuerdo.
¡ Cómo me parezco a vos en tantas cosas… !
Aquí estás… vos en mi, yo en vos. Somos presente. Somos siglo.
Un entonado cumpleaños feliz que corre silencioso por mi pensamiento.
Un beso que pasa de mi boca a mi mano y de mi mano al retrato de un niño que me mira con carita triste sobre el escritorio. ¡Papá!
100 años desde tu nacimiento un probable frío día de mayo, allá por el año 1913 en aquella casa del barrio de Barracas, cerca del puente Almirante Brown. Techos altos, ropa tendida en el patio. Casona cercada de conventillos llenos de inmigrantes nadando en un Buenos Aires de promesas.
¿ Que sueños soñaste? Nunca me contaste.
¿ En donde quedó tu caña de pescar? Seguramente quieta y aburrida se cansó de esperarte en un rincón del verano .
Y tus pipas… ya perdieron el olor a tabaco y nicotina, guardadas en un armario, más siguen siendo tuyas.
Tu vida sobria y medida. Tu ejemplo nos marcó.
Hoy te honro, te aprecio, te amo y te recuerdo.
¡ Cómo me parezco a vos en tantas cosas… !
Aquí estás… vos en mi, yo en vos. Somos presente. Somos siglo.