BURBUJAS MAGICAS
I
Todas las tardes, cuando Juan llegaba de la escuela, luego de saludar a mama y a la abuela, salía al patio a jugar un ratito con Poncho, su perro, mientras mama preparaba la merienda. Después llegaba la hora de la tarea.
Mientras Juan hacia los deberes, Poncho lo miraba desde un rincón del cuarto quieto y atento para no distraerlo, esperando que su amigo terminase rapidito por que a las 5 de la tarde empezaba en la TV súper embrio Star, el programa favorito de Juan. Hora de suspenso total, aventuras y acción extrema.
Juan y Poncho tirados en el piso del cuarto, gritaban, luchaban y disfrutaban cada minuto del programa.
Mas tarde llegaba papa, y todos cenaban juntos contando como les había ido durante el día.
Lo difícil venia después, cuando mama mandaba a Juan a bañarse…
No hay nada que Juan aborreciera mas en este mundo que el tener que bañarse.
Es mas, siempre buscaba una buena excusa para no hacerlo.
Mama decía -es que hueles a usado pero después de bañarte olerás a nuevo- Pero a Juan eso del olor a usado o nuevo lo tenia sin cuidado.
II
Juan, puso en practica muchos planes para poder evitar la tediosa “operación baño” que le imponía mama todos los días. Desde los mas simple hasta los mas elaborados, sin haber encontrado uno 100% efectivo.
El primer plan que se le ocurrió, fue el de entrar al baño, abrir la llave del agua, sentarse en el excusado un tiempo prudente, cerrar la llave y salir como si tal cosa, pero su mama suspicaz y experimentada lo descubrió muy rápidamente por que la toalla estaba seca así como el resto del baño.
¿Acaso su mama había sido agente supersecreto antes de casarse con papa? ¿Como hizo para darse cuenta? ¿Tendría radares ultra magnéticos en los oídos para captar el sonido del agua a través de la puerta y un higrómetro para medir la humedad en la toalla?
Juan se preguntaba por que tenia que bañarse tan a menudo, y no podía ser como Poncho su perro, que lo bañaban una vez al mes.
También se preguntaba, ¿cuantas veces por semana el súper embrio Star se bañaría?
Pensando lo malo que podía ser para la salud de un niño de su edad, un baño, cotidiano, es que se le ocurrió un nuevo plan.
Con un brillo especial en los ojos penso en la idea de la tos. -Esa es una buena excusa- pensó, -mañana a la hora del baño me haré el que me da catarro y… ¡adios baño!-
Así Juan al otro día, ensayo una tos continua, acompañada de cara compungida, quejas de dolor de cabeza y un exagerado temblor en todo el cuerpo.
Pero como dice la abuela, “peor el remedio que la enfermedad” .
Juan no se baño aquel día, pero termino metido en la cama a la fuerza, con el termómetro en la boca, la bolsa de agua caliente en los pies, jarabe de la tos con sabor detestable y unos ungüentos malolientes untados en el pecho que le hacían recordar al cajón de los remedios de la abuela Carlota.
¡Ese plan quedo desechado para siempre!
III
Otro día viendo a la abuela sacar del ropero cosas que no usaba mas como
un paraguas viejo, impermeable de los anos 70‘ , botas de goma gastadas y sombrero de lluvia apolillado, entre otros objetos, fue como se le ocurrió otro plan magistral digno del súper embrio Star .
Aquel capitulo, en que se metamorfosea para que sus acérrimos enemigos no lo descubran.
Esta vez necesitaba ser mas meticuloso en los detalles y pasos a seguir.
Así que con disimulo y como quien no quiere la cosa, Juan le pidió a la abuela las cosas viejas que saco del ropero con la escusa de que las llevaría al desván.
Separando el paraguas, impermeable, botas y sombrero en una bolsa se fue bajo la ventana del baño, a donde daba el patio de la casa, escondiéndola tras el masetero de geranios, pegada a la abertura del ventanal.
Llegada la fastidiosa hora, Juan, desde la ventana del baño , se estiro un poco para tomar la bolsa con el equipo “anti ducha”.
Se puso el piloto sobre la ropa, las botas en los pies, el sombrero en la cabeza, abrió la llave del agua y después el paraguas, metiéndose en la ducha.
Canto un poquito para hacer la cosa un poco mas real, y al cabo de un rato cerro la canilla, sacudio el agua del paraguas por todo el baño, mojo la toalla y escondió el equipo de lluvia a donde estaba originariamente debajo de la ventana y detrás del masetero.
Todo habia salido muy bien. ¡Que plan digno de un discípulo del súper embrio Star !
Al otro día cuando se disponia a hacer lo mismo, tuvo tanta mala suerte que cuando abrió la ventana para tomar las cosas, apoyado en el borde de la bañera, trastabillo, cayendo de cabeza al patio y quedando todo patas para arriba.
Fue tanto el bochinche que hizo, que mama, la abuela, el perro y hasta el vecino de al lado salieron al patio para ver que es lo que estaba pasando, poniendo en evidencia su ingenioso plan.
No solo tuvo que bañarse, aguantar la reprimenda de mama y los magullones de la caída. Lo peor de todo fue el castigo de no poder ver por una semana completa, su programa favorito del súper embrio Star .
IV
Durante la semana que Juan estuvo castigado sin poder ver las aventuras de su súper héroe, no olvidaba las ultimas y memorables vacaciones cuando fueron de campamento a las montanas; papa, mama, la abuela y Poncho, su perro y amigo ovejero labrador .
¡Todo era tan divertido! Hacer la carpa, buscar leña para preparar el fogón de la noche, acompañar a papa a pescar y nadar en el lago junto a Poncho que lo seguía sin perderlo de vista ni un minuto.
Allí si que no le importaba estar metido en el agua todo el día. Entraba y salía, salía y entraba sin parar.
-Pareces rana- decía mama . ¡ Es que el agua estaba tan calentita y linda!
Con su flotador inflable se metía a donde no hacia pie, y Poncho lo acompañaba nadando a su lado, igual que papa o mama que lo tenían siempre a una distancia razonable.
Cuando se cansaba de nadar, se sentaba en la orilla a hacer castillos de arena y piedras, echando agua en los pozos de alrededor del castillo con un baldecito que llenaba en el lago.
También jugaba a la paleta con la abuela en la misma playa.
¡Nunca hubiera pensado que la abuela era tan hábil en esta practica!Casi no le pudo ganar mas que una vez y eso por que a la abuela le dio un calambre en la pierna.
Pero lo mejor de todo… y la razón por lo que para Juan estas vacaciones fueron inolvidables, es que a la noche no se tenia que bañar ya que el campamento estaba en un lugar muy remoto donde no había duchas y allí nadie, pero nadie de nadie podía ni siquiera pensar en bañarse.
Todos se quejaban de esta incomodidad. Todos, menos Juan, quien estaba sumamente complacido.
V
Llego Agosto, así como el día del cumpleaños de Juan.
Con el cumpleaños, el alboroto de la fiesta.
El patio, decorado con guirnaldas, lamparitas de colores y los infaltables pósters del súper embrio Star.
Los tíos, las tías, las abuelas, los primos, papa y mama, nadie falto.
La torta que compro mama en la panadería de la esquina, también decorada con el muñequito del súper embrio Star .
Pizzas, papitas, bocaditos de queso y refrescos, suficientes para todos sus amiguitos que no paraban de correr por el patio y por toda la casa, persiguiéndose unos a otros.
Poncho, los corría ladrando, sintiéndose un niño mas.
Llego la hora de abrir los regalos…
La camiseta y gorra del súper embrio Star
Un juego de ajedrez, damas chinas y backgammon.
La súper espada luminosa y magnetizada del súper embrio Star . ( A lo que todos los chicos hicieron un ah… cuando Juan abrió el paquete) Regalo de papa y mama.
Calzoncillos y calcetines (tenia que ser la abuela Carlota, pero como tenían el dibujito del súper embrio Star , Juan la perdono)
Un libro de historietas del súper embrio Star .
El pijama no del súper embrio Star , si no de Súper Robot Aquario II.
Un rompecabezas de Galáctica suprema.
El ultimo regalo lo trajo tía Virginia. Una tía muy excéntrica y singular por cierto, de aquellas que les gusta tirar las cartas de algo que se llama Tarot, los domingos por la tarde o encender unos palitos que largan humo con olor llamados incienso.
Cuando Juan rompió el papel de regalo, se encontró con un frasco de espuma de baño con un dibujo de algo que el no entendía mucho, escrito en un idioma que entendía menos. Lo dio vuelta y vio que al final de la etiqueta decía “made in India” ¡Vaya desilusión!
La tía al ver su cara de sorpresa no muy grata, lo tomo por el hombro y le dijo al oído: -no creas que esta espuma de baño es común y corriente. Esta espuma esta hecha por un mago de la India que tiene poderes de alquimia extraordinarios .La espuma es mágica , cuando te bañes ya veras…
Ciertamente Juan quedo muy impresionado con esto de “la espuma mágica” y “los poderes de alquimia extraordinaria” del mago de la India.
De todas maneras, agarro su espada y siguió correteando entre sus primos y los amiguitos que aun quedaban en la fiesta.
VI
Cuando todos se fueron, y quedo solo en el cuarto con los regalos, se puso a ver en detalle cada una de las cosas que le habían regalado, hasta que reparo en la espuma de baño y recordando lo que la tía Virginia le había dicho, se armo de valentía y la llamo a mama para que lo ayudara a preparar el baño de espuma.
Mama no tardo en preparar la bañera, poner el tapón en el desagüe, abrir la llave, y echar tantito del liquido bajo el chorro de agua calentita.
Al contacto con la presión fuerte del agua, no demoro en salir una espuma abundante y blanca.
Juan se quedo solo en el baño y luego de sacarse toda la ropa, se metió en el agua.
Era muy agradable y olía muy bien. Recordaba esas películas donde los millonarios se bañan en las bañeras con jacuzzi y burbujas.
La espuma crecía y crecía. Mama golpeo la puerta y le dijo, -ya cierra la llave-
El hizo caso, quedando en completo silencio y escuchando el eco de las lentas gotas que salpicaban sobre la superficie del agua.
¿Donde esta lo mágico?- pensó Juan.
No demoro mas de unos segundos cuando vio que una burbuja se levantaba del resto de las otras, levitando y creciendo en el aire. Adentro vio la cara de una mujer sonriente de ojos muy grandes y negros, con una piedra roja entremedio de los ojos y un manto de seda rosa.
Otra burbuja se levantaba de la misma manera, esta vez un anciano de tupida y larga barba blanca lo miraba. Estaba vestido de blanco y llevaba un turbante muy alto en su cabeza.
Y así una tras otra, las burbujas fueron saliendo del agua tras el incrédulo asombro de Juan.
Ejércitos de guerreros con espadas anchas y brillantes, turbantes rojos, pantalones amplios y zapatos puntiagudos luchando contra otros guerreros de turbantes negros y espadas plateadas.
Bailarinas con aros en la nariz, tatuajes en las manos y ricas joyas, danzando en esplendidos palacios de cúpulas redondas entre alfombras y tapices.
Camellos y elefantes decorados con cadenas de oro y campanas de esmeraldas llevando a princesas y príncipes en tronos rojos y dorados.
¡Juan no podía creer todo lo que veia!
Hasta que mama golpeo la puerta… -Juan, ya sal y vístete que es tarde-
Como por obra de magia todas las burbujas se pincharon en el aire, rompiendo el encantamiento creado.
Juan se vistió con los calzoncillos y calcetines del súper embrio Star que le regalo la abuela Carlota y el pijama de Súper Robot Acuario II que se lo regalo un amigo, fanático de ese personaje sin lugar a dudas.
Toda la noche se paso soñando Juan con las cosas maravillosas que había visto dentro de la espuma de baño que le regalo la tía Virginia.
No podía esperar al otro día para bañarse de nuevo.
Y al otro día, y al otro día y al otro y al otro…
Cada día imágenes, paisajes, faquires, garúes, tigres, elefantes, palacios y todo tipo de cosas maravillosas y diferentes aparecían en las burbujas ante el asombro de Juan. No habiendo dos burbujas iguales.
La mama no podía creer como se había producido ese cambio prodigioso en el comportamiento del niño. Hasta que Juan le contó de los poderes mágicos de las burbujas, allí la mama comprendió todo.
VII
Llamaron a tía Virginia para preguntarle en donde había conseguido esta prodigiosa espuma de baño, ya que el frasco estaba casi vacío.
Tía Virginia los tranquilizo cuando les dijo que la espuma era tan mágica, pero tan mágica, que solo bastaba poner una gota del frasco original en una botella nueva, no importando el origen o la marca, para que esta fuera igual de mágica a la anterior..
Ya mas tranquilo, Juan y mama fueron a la farmacia a comprar otra espuma.
Esta vez Juan eligió del escaparate la espuma de baño del súper embrio Star.
Esa noche a la hora del baño, tan solo quedaba poquito, muy poquito del liquido hecho por el mago y Juan lo vertió en el nuevo frasco comprado en la farmacia.
Al aparecer las burbujas levitando en el aire, Juan vio como el súper embrio Star danzaba entre las bailarinas hindúes, caminaba sobre vidrios junto a los faquires y peleaba con los guerreros de turbantes rojos , pantalones amplios y zapatos puntiagudos con la súper espada luminosa y magnetizada .